Nuria Espert estrena esta noche en Londres una nueva versión de 'Rigoletto'
La ópera de Verdi se ha ambientado en el siglo XIX
Nuria Espert estrena esta noche en la Royal Opera House de Londres su versión decimonónica de Rigoletto, la ópera verdiana tradicionalmente ambientada en el siglo XVII. La directora está nerviosa y expectante por tener que ofrecer una producción que es estreno absoluto. No cuenta, como con Madame Buterfly, con la tranquilidad de venir precedida por el éxito. El decorado es de Ezio Frigerio, quien, como Espert, se ha movido inspirado por una música que rompe de modo natural con el estereotipo de Rigoletto. "Estamos convencidos de que con la ambientación en el siglo XIX hemos tratado la obra perfectamente", dicen al alimón.
Acaba de concluir el ensayo general de: Rigoletto, y Espert se relaja en una pieza no alejada del escenario. "¡Ay!" es la primera palabra que sale de su boca para responder a la pregunta inicial. La actriz-directora está satisfecha de su trabajo con los cantantes, pero hasta horas antes del estreno va a estar pendiente de los detalles del montaje, Una huelga de los técnicos del teatro ha hecho per der días de ensayo, y ella echa de menos esas horas. En Rigoletto, la historia de una venganza que acaba mal, Espert ha "tratado de anteponer los valores operísticos de este grandísimo melodrama a la creación de una nueva realidad", lo que se traduce en el aprovechamiento de que "Rigoletto es un clásico bien hecho". "Es puro siglo XIX y funciona maravillosamente en el siglo XIX, de eso estoy segura", dice. "Sería una sorpresa que no fue se aceptado, porque la música pide ese cambio".
Con el cambio en el tiempo, Espert ha restituido la intención de la ópera, censurada en su día y, por ello, ambientada en un siglo XVII ajeno a la época que fustiga, la de la Italia de mediados del siglo pasado.
"Hemos respetado la atmósfera de Verdi", dice Frigerio,colaborador habitual de los montajes; teatrales y operísticos de Espert. Ambos han recurrido al realismo poético para acercarse "más a la realidad que viene de la música que a la que procede de las palabras del libreto de Piave, que debe ser considerado como materia prima de trabajo", según el italiano. "Es música del siglo XIX y con ella no puedo pensar en una Mantua con las pasiones absolutas del renacentismo en el norte de Italia", agrega. "Ver di tiene cosas que no pertenecen al Renacimiento".
"Con la ambientación en el siglo XIX todo adquiere una verdad y una realidad que creemos no se puede conseguir de otra manera", apunta Espert.
La directora es la primera vez que topa con protagonistas masculinos. Sus trabajos anteriores con La casa de Bernarda Alba, en teatro, y Elektra y Butterfly, habían girado en torno a tragedias femeninas, pero ella dice no haber notado el contraste. "Los personajes de Rigoletto están muy bien descritos y llenos de facetas interesantes que los hacen fácilmente convertibles en seres humanos", señala. "El cambio de época les llena de vida y verdad".
Frigerio cree que "la época de los símbolos ya se ha pasado", y presenta un marco realista que, sin embargo, ofrece distanciado por un velo que cubre toda la boca del escenario. "Es un modo de decir que el mundo del otro lado no es verdadero, una forma de crear atmósfera y distancia". Empleó el mismo recurso en Butterfly, y la crítica no gustó del detalle. "No me interesa lo que les gusta a ellos sino lo que me gusta a mí", es su respuesta. "La cosa es muy sencilla: si no les gusta, que no' me llamen".
"El teatro se hace para el público", sigue Frigerio, a quien el planteamiento de la relación crítica-creador le ha tocado un nervio vivo. "La crítica me interesa, pero para discutir. La respuesta del público es lo importante". Y si el público es heterogéneo, mejor: "No me gusta el público especializado, como los wagnerianos de Bayreuth o los mozartianos de Salzburgo". El público de una noche de estreno también es especial, "pero hay una mezcla heterogénea que da resultado y sirve para juzgar".
Lo que van a juzgar los londinenses esta noche es la primera nueva producción para el Covent Garden desde la que en 1964 presentó Franco Zefirelli, montada por ultima vez en 1984. George Solti manejó la batuta en aquel estreno, y hoy lo hará el germano Michael Boder, quien debuta en el Reino Unido. El norteamericano Brent Ellis, como el jorobado Rigoletto, también debuta en el Covent Garden. La popular aria La donna e mobile -que Verdi supo era tan pegadiza que la mantuvo en secreto hasta el estreno original de la ópera, en 1851 - será cantada por el norteamericano Neil Shicoff.
Babelia
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