Un dúo checo, vencedor en el concurso de música de cámara en Sicilia
En la ciudad blanca de Trápani, en Sicilia, se celebran desde hace ocho años unos concursos internacionales de música de cámara. Un amplio jurado internacional concedió el primer premio al dúo checo de violín y piano Pavel Fischer-Ivo Jancik. El jurado especial de la Prensa les otorgó el premio a los mejores intérpretes de música contemporánea.
El segundo premio recayó en el Cuarteto Fone, formado por los italianos Chiavacci, Bertoni, Facini e llaria Maurri, forrnados bajo la guía de Franco Rossi. Dos instrumentistas de igual nombre y apellido, los soviéticos Alexander Sagorisnki, violonchelo y piano, lograron el tercer galardón, mientras el cuarto y el premio de la prensa a los mejores intérpretes de música romántica fue para el dúo italiano, también de, violonchelo y piano, Marco Ferreti-Enrico Pace. Dos franceses, el flautista Dominique Etievant y Sylvaine Wiart, pianista, obtuvieron el quinto premio, a los que se añadieron un par de diplomas a otros dos dúos, soviético tino, belga-japonés el otro.El nivel del concurso siciliano, que cuenta ya entre los más distinguidos dedicados a la música de cámara (Canadá, Colmar., París, Barcelona, Evian, Florencia, Praga, Belgrado, Roma, Nubich), ha sido muy, elevado y, como suele suceder en estas competiciones, se han escuchado versiones que superan a tantas habitualmente programadas y a cargo de figuras de renombre. Lo que quedó demostrado en el concierto de clausura, celebrado en el Teatro Arlequín, una sala amplia que se vio rebosante de público.
La administración de la provincia subvenciona la manifestación con cantidades considerables, lo que hace posible la concesión de premios que alcanzan el millón de pesetas en el caso del máximo laureado, con un total de tres millones para los distintos premiados. La profesora Lea Pavarini y la musicóloga Sara Patera conducen el concurso, que, tras sus primeras ediciones, remontó el vuelo internacional a partir de 1984, un vuelo que, según declaración de Colombo, lo sitúa en el primer plano de las competiciones camerísticas, género difícil y mucho menos frecuentado que el virtuosismo pianístico, vocal o violinístico.
Babelia
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