El tiempo recobrado de Vicente Molina Foix

Cualquier escritor o artista se sentiría eufórico en su lugar. Vicente Molina Foix hojeó el viernes pasado, en Madrid, por la mañana, el primer ejemplar de su última novela, La quincena soviética. Por la tarde, en la ciudad francesa de Pau, tenía en sus manos, también por vez primera, la traducción de la que escribió a finales de los setenta, La comunión de los atletas, ampliada con una segunda parte inédita todavía en castellano, Los ladrones de niños. Espera la primavera para publicar su primer libro de poesía, Los espías del realista. Y esta tarde Carmen Martín Gaite y Manuel Vázquez Montalbán presentan en Madrid el acto de entrega al escritor del premio Herralde de novela por su obra La quincena soviética.

Vicente Molina Foix participa estos días como protagonista en un espectáculo de éxito para un escritor que no cree en la artificiosa división de géneros literarios. Más espectacular en su caso, porque durante sus aproximadamente 40 años ha escrito cinco novelas (entre ellas Los padres viudos, galardonada con el Premio Azorín, y la última, que acaba de recibir el sexto Premio Herralde); una obra de teatro (Los abrazos del pulpo) estrenada; es un asiduo escritor de artículos sobre cine y televisión, crítico literario y poeta, aspecto este en el que ha conseguido reconocerse definitivamente desde hace cuatro años. Y mientras tanto continúa dedicándose profesionalmente a la Filosofía del Arte en la universidad de San Sebastián.Molina Foix bromea con sus "aproximadamente 40 años". Le divierte trampear dos o tres años a la vida. El humor del escritor es también uno de los elementos de su novela última. O la ironía, que considera "una actitud vital frente a todo" y frente a él mismo.

Pero el tiempo es importante para él, que da mucha importancia a su larga dedicación a la obra. La quincena soviética materializa cuatro largos años de trabajo, muchas noches de obsesión volcado en dar forma a lo que fue inicialmente un relato de 20 páginas sobre una reunión de militantes comunistas de los años sesenta, que escribió entre 1972 y 1973.

Referencias de una época

En las 270 páginas, el narrador de La quincena soviética presenta a un grupo de militantes del partido comunista que mantienen un compás de espera ante lo que puede ser, y de hecho va a ser, un final: el de la llegada de la policía. Molina Foix está convencido de que las referencias de la época, con datos que permiten identificar personas y personajes del momento es uno de los elementos que hará atractivo el libro, aunque asegura que no ha sido su intención hacer concesiones al lector.La madurez literaria está aclarando su forma de observar la realidad. "He dejado de ver el mundo herméticamente, como cuando era joven. Tengo un poco de nostalgia por ello, pero como escritor puedo exponer las cosas con claridad. Mis novelas son ahora más concretas, frente a la abstracción de las anteriores".