El poder del yen acapara el mercado mundial de obras de arte

Una de cada tres obras de arte famosas vendidas hoy en el mundo es comprada por japoneses, según expertos en el tenia, en una verdadera carrera por las obras de arte facilitada por el alto poder del yen y la proliferación de multimillonarios en Japón. La firma adquisición la protagonizó la cadena de grandes almacenes Mitsukoshi con la compra el pasado lunes en Londres del cuadro de Pablo Picasso Acróbata y joven arlequín por más de 4.000 millones de pesetas.

Un portavoz de Mitsukoshi -empresa con 14 grandes almacenes en Japón, con unas ventas anuales por un equivalente a más de 600.000 millones de pesetas- declaró que el cuadro será exhibido en la sala de arte de la sede de los grandes almacenes del popular barrio tokiota de Ginza.En Japón, muchas grandes empresas cuentan con colecciones de arte que son mostradas al público como símbolo de potencial económico y buen gusto. La colección de joyas diseñadas por Salvador Dalí, con un valor de unos 4.000 millones de pesetas, fue comprada por una firma de distribución de productos electrónicos. En marzo de 1987, la empresa de seguros Yasuda Fire and Marine Insurance celebró su centenario adquiriendo por unos 5.000 millones de pesetas el cuadro Los girasoles, de Van Gogh.

Adquirir obras de arte es un tema que se discute en Japón a nivel de consejos de administración con la misma meticulosidad que si se tratase de invertir en el extranjero o comprar un rascacielos en Nueva York.

Según la revista Nikkei Venture, en Japón hay actualmente 154 personas con fortunas superiores al equivalente a 10.000 millones de pesetas, y en la lista de hombres más ricos del mundo destaca el japonés Yoshiak Tsutsumi, según la. revista norteamericana Forbes.

Pero el mercado del arte en Japón no sólo es movido por los grandes sino por un conjunto de nuevos millonarios -que se autocalifican generalmente como clase media alta- que compran, directa o indirectamente, en los principales mercados mundiales de arte.

Según las estadísticas e aduanas, en los cuatro primeros meses de este año los japoneses importaron cuadros por valor de unos 24.000 millones de pesetas, y las previsiones indican que la cifra puede superar los 60.000 millones de pesetas en el año en curso. Las preferencias se inclinan siempre hacia obras de artistas célebres, con preferencia para los impresionistas franceses, en un mercado donde comprar arte se ha convertido en muchos casos en una materia más de especulación entre los nuevos ricos japoneses, que están quizá cansados de otros negocios.