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Preestreno arquitectónico de Barcelona92

El Colegio de Arquitectos organiza un debate sobre la ciudad olímpica, explicada por sus realizadores

La exposición de proyectos urbanos de Barcelona de cara a 1992, abierta en el antiguo Depósito de Aguas de la ciudad, tiene un riguroso complemento teórico en el ciclo de conferencias Barcelona, la ciudad y el 92, organizado por la demarcación barcelonesa del Colegio de Arquitectos de Cataluña, en la que la expansión y remodelación urbana barcelonesa es objeto de un verdadero preestreno arquitectónico de la mano de los profesionales encargados de realizar los diferentes proyectos urbanísticos.

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Arquitectura Olímpica.

La idea para la organización de un ciclo explicativo sobre los proyectos del 92 partió del arquitecto Josep Maria Montaner y de Josep Subirós, organizadores de la exposición sobre proyectos urbanos instalada en el antiguo depósito de aguas barcelonés. En la apertura del ciclo, Montaner señaló que las distintas intervenciones permitirían "establecer un debate sobre bases profesionales y acoger tres tipos de intervenciones: las de los arquitectos que han marcado la política urbanística de la ciudad en los últimos años; las de los encargados de la realización de los diversos proyectos y las de figuras profesionales destacadas en el contexto europeo que, a partir del conocimiento directo, aporten una experiencia crítica de cómo intervenir en una ciudad moderna".Inició el ciclo Oriol Bohigas, ampliamente reconocido como uno de los principales inspiradores del concepto global de la ciudad del 92, presentado por Montaner como "alguien que reúne las tres facetas mencionadas y que sorprende siempre con su capacidad crítica". Bohigas señaló que "cualquier trabajo urbanístico es producto de la interacción de arquitectos, políticos y ciudadanos y es por tanto un éxito o un fracaso de la comunidad" y explicó que los criterios generales cuando comenzó a formular un proyecto de remodelación urbana para Barcelona se basaron en "un urbanismo proyectual, reconstructivo y contaminador".

El arquitecto explicó estos términos y contrapuso el urbanismo proyectual al de los planes generales. "La construcción de una ciudad", dijo, "no se ha hecho nunca con planes generales; se trataba de hacer urbanismo con planos, maquetas y plazos de entrega, no sólo regulaciones abstractas". Al mencionar un "urbanismo reconstructivo", Bohigas explicó que el problema de Barcelona no es la expansión de la ciudad, sino la reconstrucción y ordenación de sus zonas pivotales. Por "urbanismo contaminador", Bohigas entiende "la cuidadosa elección de los puntos donde debe actuarse para que la intervención tenga un valor estratégico y contamine su contexto para regenerar el tejido urbano circundante". En su opinión, un plan general no podía delimitar la forma de espacio público del modo que requiere la ciudad, pero señaló que "no todos los problemas de Barcelona pueden resolverse a escala de barrio; quizá sean el 90%, pero hay cosas que es preciso resolver a escala metropolitana; en este punto, llegaron los Juegos Olímpicos y es evidente que esto dio la materia para tratar de resolver los cinco, seis o diez problemas metropolitanos de Barcelona". La capital catalana no es, según Bohigas, la ciudad que ha inventado este método, pero sí ha sido la primera en aplicarlo. El arquitecto pasó revista a las intervenciones del plan olímpico, y puntualizó que "todas se encuentran en el municipio de Barcelona", lo que calificó de "un gran acierto, por dos razones; Barcelona es la ciudad que tiene los problemas mas graves y urgentes de Cataluña y Cataluña no existiría si no existiera Barcelona, y porque la idea fue buscar puntos importantes para el futuro de la ciudad".

Cuatro puntos cardinales

Bohigas expuso su visión de la futura expansión barcelonesa a través de cuatro, lo que el arquitecto denominó "puntos de fricción y de bisagra entre la ciudad y las afueras" en los actuales límites de la ciudad, dispuestos en forma de cuadrilátero . Tras su intervención general, las demás conferencias realizadas hasta el momento han tenido un cariz más técnico. Josep Maria Martorell explicó los detalles y los problemas del plan de reurbanización del Poblenou, que incluye la Villa Olímpica y un nuevo puerto. "Se trata", dijo "de reformar una zona de 130 hectáreas, y dar continuidad a la trama urbana del Eixample, al tiempo que se resuelve el contacto de la ciudad con la costa.

Eduard Bru detalló una imaginativa aproximación al rediseño urbano de la zona de Valle Hebrón y explicó que su plan se basa en "dos vías de pacto con la zona; pacto con su peculiar superficie y también con el entorno, con el paisaje de transición de la montaña a la ciudad". Josep A. Acebillo, director del Instituto Municipal de Promoción Urbanística, y Lluís Millet, pasaron revista a las directrices urbanísticas de las nuevas instalaciones olímpicas.

Tres arquitectos del Taller Ricardo Bofill hablaron de los proyectos del Teatre Nacional, Hotel Miramar, nuevo aeropuerto y edificio del INEF. Joan Busquets, coordinador de urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, explicó las directrices urbanas de la Barcelona actual, Vittorio Gregotti y Manuel de Solà-Morales hablaron de los grandes proyectos para el 92: el estadio olímpico, el Moll de la Fusta y la Illa Diagonal. Federico Correa, último conferenciante hasta ahora, explicó la articulación del futuro anillo olímpico. Esta semana el ciclo continuará con las intervenciones de Josep Maria Montaner que analizó ayer teóricamente el modelo urbano barcelonés, y Jordi Garcés y Enric Soria, que hablarán de la ampliación del Museo Picasso, la calle Tarragona y el puerto.

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