De la dignidad

Viene de la página anteriorrecer en absoluto. En uno de esos modelos de falta de coraje que son sus editoriales daba usted recientemente la bienvenida a España a la reina de Inglaterra, y digo de Inglaterra porque nuestra, de los irlandeses, no lo ha sido nunca sino por fuerza. A cambio de eso han obtenido ustedes el desprecio que se infiere de las frases de Isabel II al decir que podría tratarse de Gibraltar, pero sin indicación alguna de que podría resolverse amistosamente, como dijo durante la visita de su Rey de ustedes a Gran Bretaña. En fin, iba diciendo que un gobernante no europeo les ha dado una lección. Me refiero, por supuesto, al rey Hassan II de Marruecos, que acaba de suspender su visita a España. En efecto, uno puede ser muy amigo de la reina de Inglaterra, pero no puede darle la mano ni sentarla a la mesa oficialmente cuando es ocupante de¡ propio territorio.

El feo que les ha hecho el rey de Marruecos a los que intercambian el tipo de visitas que intercambian ustedes lo tienen merecido. O habla de Ceuta y Melilla. o no viene. Es lógico. Y es digno. Son ustedes, los españoles, los que no tienen esa dignidad cuando les toca tenerla. Lo siento, porque este pueblo, que recibió bien a mi familia hace ya casi medio siglo, no se merece tales cobardes como gobernantes ni tales mentirosos como periodistas. Que les sea de provecho y ojalá que de enseñanza.-