Bush proyecta una "cumbre" con Gorbachov al inicio de su mandato
George Bush dará prioridad a la política exterior, donde afronta una situación más fácil que en la interna, y ya se habla en Washington de un viaje del nuevo presidente a Europa occidental, poco después de su toma de posesión el próximo 20 de enero. Fuentes próximas al presidente electo consideran posible también una rápida cumbre con Mijail Gorbachov en los primeros meses de su presidencia.El nombramiento de James Baker como secretario de Estado, en su primer acto como presidente electo, demuestra el interés de Bush de confirmar la importancia que concederá a la política exterior, un mundo en el que por su experiencia anterior se encuentra cómodo. El nuevo jefe de la diplomacia norteamericana es visto ya como el personaje más influyente de la nueva Administración.
La contrapartida de Baker en el campo de la política interna será Richard Darman, un joven brillante y ambicioso que fue segundo del Tesoro con Baker y que dirigirá la crucial oficina del Presupuesto.
Bush, a la vuelta de sus cuatro días de pesca y descanso en Florida, sólo interrumpido por algunas llamadas telefónicas, anunciará la semana próxima que confirma a su amigo el financiero Nicholas Brady en su actual puesto de secretario del Tesoro. Con este anuncio y el nombramiento del que será su jefe de gabinete -se citan los nombres de John Sununu o Craig Fuller- Bush configura un círculo íntimo de amigos y profesionales competentes que será el motor de su Administración.
Contrarrestar la ofensiva
Con un rápido viaje a Europa, tradicional para todos los presidentes de EEUU, Bush confirmaría el compromiso norteamericano con la Alianza Atlántica y la continuidad de la presencia de las tropas de EEUU en el Viejo Continente. Pero el objetivo sería también, explican fuentes diplomáticas, contrarrestar el fuerte impacto que está teniendo sobre los aliados la ofensiva diplomática de Gorbachov y su discurso sobre "una casa común europea".Sin embargo, con ser éstas cuestiones importantes, para los aliados es aún más apremiante que Bush actúe de inmediato sobre el enorme déficit presupuestario. Los ministros de Hacienda de Francia y el Reino Unido advirtieron ayer al presidente electo que habrá problemas en los mercados financieros a menos que Washington adopte medidas drásticas.
En Washington se sigue con cierta preocupación la carrera de algunos aliados, sobre todo la República Federal de Alemania, por conceder créditos y reactivar el comercio con la Unión Soviética ayudando a la consolidación de la perestroika y realizando a la vez un buen negocio. Estados Unidos entiende que, aunque pueda ser deseable que se afirme el líder soviético, es un error apresurarse a abrir el grifo de los marcos, libras, francos o liras sin esperar a que la URSS reduzca el gasto militar.
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