Superó lo dicho por otros líderes occidentales
Nadie esperaba que Margaret Thatcher ocultara sus simpatías por la oposición polaca y su lucha por arrancar al régimen comunista la legalización del pluralismo sindical. Sin embargo, el discurso de la dama de hierro en la cena de gala del jueves superó todo lo previsto y lo dicho por otros líderes occidentales en sus visitas en Varsovia.En respuesta a las peticiones públicas del régimen de Varsovia de un trato favorable en la solución de la dramática situación financiera del país, Thatcher dejó claro que Polonia sólo puede esperar un apoyo económico de Occidente por motivos políticos. Varsovia no tiene crédito económico. Para conseguirlo habrá de hacer gestos políticos, y, según Margaret Thatcher, éstos pasan por la legalización del sindicato Solidaridad.
Medios cercanos al Gobierno polaco no ocultaban ayer su malestar por la rotundidad con que la primera ministra británica expuso su defensa de Solidaridad, del pluralismo sindical y político, de la libertad de expresión y de asociación en su discurso ante el jefe del Estado polaco, Wojciech Jaruzelski. Éste estaba irritado y dolido. Habló de la "doble moral" en la defensa de los derechos humanos y de la "violación" de los acuerdos de Helsinki en lo que a la cooperación económica se refiere. Las críticas iban dirigidas directamente a la ilustre huésped.
Margaret Thatcher aplaudió las iniciativas económicas del Gobierno polaco, pero insistió en que éstas están condenadas al fracaso si no hay un diálogo real entre todas las fuerzas de la sociedad y una clara apertura hacia el pluralismo político. No es sólo una cuestión moral, sino práctica, dijo la primera ministra.
Sin el pluralismo, esta economía no tiene perspectivas de funcionar, y no ofrece garantías para nuevos créditos o la renegociación de los 40.000 millones de dólares de deuda externa. "Sin pluralismo no hay prosperidad", subrayó. Éste es el mensaje que Thatcher lanzó en Polonia.
