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El Grupo de los Ocho propone "un nuevo diálogo" con los países industrializados

Los presidentes del Grupo de los Ocho, que, tras la exclusión de Panamá, está formado por Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, Uruguay y Venezuela, concluyeron ayer, en el balneario uruguayo de Punta del Este, su segunda reunión. En la Declaración de Uruguay, el grupo se propone "un nuevo diálogo con las naciones industrializadas, en la búsqueda de un sistema de relaciones internacionales más equitativo".

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Los ocho, que son siete, acordaron que su próxima reunión, la tercera, se celebrará en Perú, en el segundo semestre del año próximo. Antes de fin de año, los ministros de Finanzas de los ocho se reunirán en Río de Janeiro (Brasil) "con el objetivo de proponer mecanismos para la reducción de la deuda y el incremento de los flujos financieros imprescindibles para el desarrollo de nuestros países".Los siete países congregados en Punta del Este suman el 84% de la deuda externa de América Latina -364.314 millones de dólares, según el Banco Mundial- y representan, con sus 329 millones de habitantes, el 82% de la población latinoamericana.

Los presidentes del Grupo de los Ocho, después de tres días de sesiones, se presentaron ante la opinión pública con un documento anodino. La Declaración de Uruguay es una suma de temas yuxtapuestos, llena de buenas intenciones, pero con el único resultado palpable de la reunión de diciembre en Río de Janeiro, de los ministros de Hacienda para elaborar un concepto común para el diálogo con los países industrializados.

En una maniobra que podría calificarse de barrido debajo de la afombra, los siete presidentes no dedicaron ni una sola palabra al tema de Panamá. Este país formaba inicialmente parte del Grupo de los Ocho y fue excluido tras el derrocamiento de su presidente Eric Delvalle, que había participado en la primera reunión del Grupo, en Acapulco, en noviembre de 1987. Ni los 12 folios de la Declaración de Uruguay, ni otros 16 follos de Lineamientos para la acción, ni en los discursos inaugurales ni en los de clausura, se pronunció la palabra Panamá.

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A pesar de que Delvalle dirigió una carta a sus ex colegas de Acapulco en la que ofrecía renunciar y pedía la mediación del Grupo en el conflicto de su país, esta misiva no tuvo respuesta, al menos pública. Sólo en la conferencia de prensa tras el final de la reunión, el presidente mexicano, Miguel de la Madrid, pronunció una vez la palabra Panamá ante la pregunta concreta de un periodista. De la Madrid metió en el mismo saco los "procesos de democratización de Chile, Paraguay y Panamá". Añadió De la Madrid que los Ocho no pretenden convertirse en tribunal de los procesos de otros países.La Declaración de Uruguay dice que "es necesario dialogar y proponer nuevos encuentros entre nuestros países y los de las comunidades europeas". Sobre las relaciones con Estados Unidos, afirma la declaración que "transcurren por una etapa de desafios que exige el ejercicio de una renovada capacidad política y una firme voluntad de entendimiento. Diferencias de intereses y percepciones no han permitido aprovechar cabalmente las oportunidades para una cooperación amplia y equitativa".

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