La derrota de Milosevic

H. T., Slobodan Milosevic, el popular jefe del partido comunista serbio, es el perdedor del pleno del Comité Central de la Liga de Comunistas de Yugoslavia que concluyó ayer. Ahora, Yugoslavia espera con inquietud la reacción de la militancia nacionalista, que esperaba que Milosevic se impusiera, barriera a los políticos conciliadores en la crisis de Kosovo y forzara la convocatoria de un congreso extraordinario del partido.

Una manifestación de serbios en Kosovo Polje, en la conflictiva provincia de mayoría albanesa, está prevista para hoy. A última hora de ayer fue suspendida otra concentración prevista en Belgrado el sábado. Se esperaba que cerca de un millón de personas asistieran a la protesta de hoy en Kosovo, en la que hubiera sido la mayor manifestación de la Yugoslavia de posguerra y un gravísimo reto a las instituciones. No se sabe cual fue la causa de la suspensión de estas marchas, aunque se supone que se debe a un pacto entre facciones del partido. La suspensión desmiente las aseveraciones del partido de Serbia de que no tiene influencia alguna en su organización.

Sin embargo, nadie cree en Belgrado que el nacionalismo serbio, en pleno auge de militancia, se dé por satisfecho con los resultados del pleno. Milosevic ya ha advertido que las manifestaciones seguirán "mientras el pueblo no reciba lo que exige". En los próximos días puede haber manifestaciones e incidentes.

El paseo triunfal que auguraban a Milosevic sus seguidores más optimistas se ha frustrado. Algunos observadores calificaron ayer la reunión como la primera reacción con éxito de la federación contra el asalto al poder del líder serbio. Pese a la brillantez de sus intervenciones, acogidas con emoción por los serbios, no ha logrado su objetivo a corto plazo: la liquidación política de la cúpula del partido en Kosovo. Su estrategia de ataques personales y globales a la cúpula del poder de las otras repúblicas y provincias ha hecho surgir un amplio frente de rechazo.