El Museo Picasso de Barcelona acoge 39 cuadros de Matisse, procedentes de colecciones soviéticas
Las piezas proceden de los museos Puskin de Moscú y Ermitage de Leningrado
Veinticinco óleos y 14 dibujos de Henri Matisse, procedentes de los museos Puskin (de Moscú),y Ermitage (de Leningrado), configuran la exposición que se inauguró ayer en Barcelona y que, posteriormente, viajará a Madrid. El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall; el cónsul general de la Unión Soviética, y el director del Museo Ermitage, de Leningrado, Boris Piotrovsky, presidieron la inauguración de la muestra que permanecerá abierta hasta el próximo 11 de diciembre. En palabras de Piotrovsky, la exposición sólo ha sido posible gracias al hermanamiento habido entre la ciudad catalana y la soviética. Piotrovsky insistió en valorar, por encima de todo, la amistad, "que es la que hace posible ulteriores negocios".
Los 25 óleos que se exponen en el Museo Picaso datan de entre 1901 y 1913; los dibujos, posteriores, de la década de los treinta y de los años cuarenta. Son obras que los dos museos soviéticos adquirieron, "y se repartieron equitativamente", según Piotrovsky, en 1917, cuando el Gobierno de los soviets confiscó las colecciones privadas de los aristócratas rusos.Sergei Ivanovitch Schukin y Ivan Abramovich Mozbrov son los nombres de los dos proveedores de la mayor parte del importantísimo fondo que poseen ambos museos en pintura y escultura de finales del siglo pasado y principios del actual. Especialmente Schukin, que fue el verdadero mecenas del pintor francés del que ya adquirió dos piezas en 1904, cuando Matisse realizó su primera exposición en la sala Vollard.
Años más tarde, la secretaria del pintor, Lidia Delektorskaya, donó también una parte importante del actual fondo, entre los que destacan algunos de los dibujos que se exponen en Barcelona y, según explicó Piotrovsky, una colección de esculturas representando los pies de bailarines que Matisse realizó cuando pintaba su cuadro La danza.
Schukin no abandonó nunca a Matisse, incluso cuando éste tuvo problemas con otros pintores de su generación -recuérdese su distanciamiento de los cubistas- y le hizo los mayores encargos, en especial para decorar su residencia en Moscú del que son fruto Habitación roja, La danza y La música. Mozorov no se interesó personalmente por Matisse. En cambio, poseía una gran cantidad de obras de Gauguin que .actualmente también se encuentran en los dos museos soviéticos. Al morir (en 1903), Mozorov legó su colección a Ivan Abramovitch que la incrementó y, a partir de 1907, influenciado por Schukin, adquirió algunas de las mejores piezas de Matisse.
Codicionismo
Al margen del interés de constituye la simple contemplación de los cuadros procedentes de la Unión Soviética, Núria Rivero historiadora en el Museo Picasso señaló otros aspectos suceptibles de atraer la atención
Babelia
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