Los asalariados nunca perdieron con el PSOE su mayoría en el reparto de rentas
Los asalariados nunca han llegado a perder con el Gobierno socialista su mayoría en el reparto de la renta, según las revisiones de la contabilidad nacional del último trienio efectuadas por el Instituto Nacional de Estadística. Las nuevas cifras elevan desde el 5,2% anterior al 5,5% la estimación del crecimiento del producto interior bruto (PIB) durante el pasdo año. Pero los salarios quedan para 1985 en el 50,04% del PIB, suben en 1986 desde el 49,9% al 50,1% y en 1987 siguen al 50,1%.
Las últimas estimaciones de las cuentas nacionales -definitivas para 1985, provisionales para 1986 y todavía a nivel de primer avance para 1987atribuyen un mismo crecimiento nominal -12%- durante 1987 a las remuneraciones de los asalariados y al excedente bruto de explotación. En la, anterior versión, las rentas salariales crecían el 11,9% (debido en buena parte a un aumento del 4,2% en el empleo), y, las empresariales, el 10,7%.La mejora de los excendentes no llega, sin embargo, a reducir ni una décima la participación de los asalariados en el PIB al coste de los factores.
De las nuevas estimaciones sobre el reparto de la renta se desprende que ni los tres primeros años de recuperación del empleo ni el período de menor moderación salarial que se abrió en 1985 -al amparo de los beneficios derivados de la recuperación económica interna y de la baja del dólar y del petróleo- han mermado apenas los avances relativos logrados por los excedentes empresariales durante los primeros años de ajuste.
Desde principios de los años ochenta hasta 1985, el. excedente bruto de explotación mejoró cerca de cuatro puntos la parte que le correspondía de renta, gracias a lo cual se recuperaron el ahorro y la inversión.
Pero el dato más llamativo derivado de las últimas cifras es que la participación de las rentas salariales no ha quedado nunca con Gobierno socialista por debajo del 50%, contra lo que señaló el avance de 1986.
Entre los demás agregados que amplían el concepto de reparto de renta repartida entre los factores productivos españoles hasta llegar a toda la renta nacional bruta disponible a precios de mercado, aparece un estancamiento en términos nominales de los salarios y excedentes que proceden del resto del mundo.
Caída del dólar
Estas rentas netas tienen signo negativo porque casi en su totalidad son beneficios repatriados por empresas extranjeras en un período caracterizado por la afluencia de capitales a España y por la caída del dólar.En segundo lugar, cabe destacar que los impuestos ligados a la producción -una vez descontados de los mismos las subvenciones a las empresas han pasado desde el 7,02% hasta el 8,6% de toda la renta bruta disponible. En otras palabras: mientras -trabajo y capital han mantenido en este trienio sus participaciones -algo más bajas al 50% si en vez del PIB al coste de los factores productivos se considera toda la renta a precios de mercado-, ha crecido en más de punto y medio (casi en un 15%) la cuota neta que detrae el Estado con impuestos indirectos, antes de aplicar los directos sobre trabajo y capital.
Junto con la revisión al alza del aumento de la inversión en ocho décimas, hasta alcanzar un crecimiento real del 14,6%, las nuevas estimaciones de las cuentas nacionales de 1987 elevan también medio punto la tasa de expansión media de los sectores industriales, hasta situarlos en un incremento del 5,3% en términos, de valor añadido generado.
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