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Una radiación familiar

La eficacia de los pararrayos radiactivos se hizo tan popular hace unos años que fueron instalados en la mayoría de los centros públicos y gran parte de los privados. Hasta que alguien reparó en su peligrosidad y fueron prohibidos. El proceso de retirada, a pesar de que el plazo ha vencido, casi no se ha iniciado.Concretamente en marzo de 1988, según datos de la empresa Medyrad, continuaban con al menos un pararrayos radiactivo instalado, entre los 4.000 existentes en Madrid, los siguientes edificios: Congreso de los Diputados, palacio de la Zarzuela, Ayuntamiento de Madrid, Real Academia Española, Servicio Nacional de Loterías, Audiencia Nacional, Boletín Oficial del Estado, Compañía Telefónica de España, ministerios de Economía, Trabajo, Cultura, Agricultura y Educación, Renfe, Museo del Prado, palacio Real, palacio del Pardo, Palacio de Exposiciones, diversas embajadas como la de EE UU o México, Ifema, Conferencia Episcopal, varios acuartelamientos militares, hospitales como la Cruz Roja, Primero de Octubre, Santa Cristina, Gregorío Marañón o San Juan de Dios, y numerosos colegios e institutos, entre los que figuran Isabel la Católica, Luis Vives, Miguel Hernández, Blas de Otero, Joan Miró, Séneca, Cervantes, Joaquín Turina, Pablo Picasso, Manuel Azaña, Infanta Elena, Vicente Aleixandre y Enrique Tierno Galván.

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La Zarzuela y el Congreso, entre los 4.000 edificios con pararrayos radiactivos ilegales

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