La reafirmación del apoyo argelino al Polisario, un duro golpe para Marruecos
Marruecos ha recibido como un jarro de agua helada las recientes reafirmaciones públicas del apoyo argelino al Frente Polisario. Mientras el rey Hassan II y su Gobierno guardan un prudente silencio, los partidos y diarios de la oposición no ahorran críticas a lo que llaman "inoportuna marcha atrás argelina" en la cuestión del Sáhara occidental.
Un exceso de optimismo había llevado a muchos marroquíes a creer que la reconciliación entre Hassan II y el presidente Chadli Benyedid supondría un abandono espectacular del padrinazgo de Argelia sobre el movimiento independentista saharaui.El pasado domingo, el Buró Político del Frente de Liberación Argelino (FLN), reunido bajo la presidencia de Chadli Benyedid, reiteró "la solidaridad argelina con la justa causa del pueblo saharaui", y efectuó un llamamiento a "un diálogo fraternal [léase conversaciones directas] entre el Reino de Marruecos y el Frente Polisario". Días atrás, el propio Benyedid había proclamado en un discurso televisado: "No es posible pedir a Argelia que abandone sus principios fundamentales de defensa del derecho de los pueblos a la autodeterminación. La causa del pueblo saharaui beneficia y beneficiará el apoyo político y material de nuestro país".
El Marruecos oficial sigue insistiendo en las excelentes relaciones que unen a Rabat y Argel desde la reapertura de embajadas hace cuatro meses. Al respecto, subraya la importancia del acuerdo firmado el pasado 16 de septiembre para poner en marcha el proyecto de gasoducto que llevará gas argelino a España y al resto de Europa a través del territorio del reino jerifiano.
En los editoriales de los periódicos de la oposición socialista y de los nacionalistas del Istiqlal, no se olvida, sin embargo, que el mismo día de la firma del acuerdo sobre el gasoducto, el Frente Polisario efectuó el ataque más importante del año contra los muros de defensa marroquíes en el desierto. Por primera vez Marruecos no ha responsabilizado de una acción semejante a Argelia, país al que durante 13 años acusó de utilizar a los independentistas como marionetas.
Gobierno y oposición coinciden en Marruecos en rechazar las negociaciones directas con el Polisario. Marruecos, dice una fuente del Ministerio de Información, "ya ha hecho muchas concesiones: aceptar el referéndum; sostener conversaciones indirectas con los rebeldes secesionistas; renunciar a considerar a Argelia como una parte beligerante, y olvidar su reivindicación histórica sobre Tinduf".
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