De lo dura que es la vida y la risa que da
Camino de plataLa vida es dura para nuestra sociedad burguesa. Las amas de casa se encuentran, de pronto, con el divorcio que desarticula su concepto del mundo, y se enfrentan con su inutilidad para enfrentarse con la vida. Los hombres de bien sufren la indignidad del atraco de los mozalbetes navajeros en pleno día. Otros jóvenes se sienten inútiles para la vida por el paro. Mendicidad, desorden social, intentos de suicidio.. . Esta es la crónica cuya superficie traza Ana Diosdado en su nueva comedia. Comedia dramática, insiste ella. No lo parece desde el patio de butacas. Hay una inclinación hacia lo cómico y sus exageraciones, hay unas soluciones felices un poco arbitrarias, como arbitrario es todo. No es necesario decir que la solución esencial está en el amor, y hacia él se lanzan decididamente los tres personajes de la obra esperando que de su desencanto se pueda sacar algo constructivo: la salvación individual.Ana Diosdado tiene un gran desparpajo en los diálogos. Los tres papeles, que tienen igual importancia, se desenvuelven en escenas de dos en dos, a veces en monólogos -para los cuales se atenúan las luces de escena y un foco ilumina la cara parlante-; y los tres intérpretes -la propia Ana Diosdado, Carlos Larrañaga y Sílvia Leblanc- tienen también desparpajo y oficio para dar naturalidad a la coinedia. Ésta, en escenas sueltas, dura demasiado para no contener nada dentro: la acción externa es quieta; la interna, de tópico cotidiáno.Un público amistoso y favorable se dispuso a aplaudir todo, desde que se levantó el telón y descubrió el decorado de Tony Cortes, hasta las últimas escenas, sobre todo porque creyó que cada una de ellas era la final
Ana Diosdado
Intérpretes: Carlos Larrañaga, Ana Diosdado y Silvia Leblanc. Música de Tony Bautista. Escenografla de Tony Cortés. Dirección de Carlos Larrañaga. Teatro Muñoz Seca, 27 de septiembre.
Babelia
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