Latinoamérica presenta al FMI un pacto para el desarrollo

La 43ª asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial se abrió ayer en Berlín Occidental con un llamamiento de los responsables de ambas instituciones para propiciar el crecimiento y desarrollo económico como única alternativa para resolver los problemas de endeudamiento del Tercer Mundo. México, que intervino ante la asamblea en nombre de todos los países latinoamericanos, presentó un llamado "pacto internacional para el desarrollo" que, a través de un programa de 10 puntos concretos, podría sacar a medio plazo a los países deudores de la situación de insolvencia y pobreza en que se encuentran.

El director gerente del FMI, Michel Camdessus, fue quizá el más explícito de los oradores de la sesión de apertura, al repartir entre los países industriales y los en vías en desarrollo la responsabilidad de salir de la crisis de la deuda. Camdessus instó a Estados Unidos a adoptar medidas fiscales (léase subida de impuestos) que permitan una corrección acelerada del déficit presupuestario. El francés urgió también a algunos países europeos, en la línea ya apuntada por el informe económico del FMI, a estimular sus economías. A las naciones en desarrollo les instó a adoptar programas severos de ajuste que, prioritariamente, persigan el crecimiento y el abono de la deuda.

Mucho más demagógica fue la intervención del presidente del Banco Mundial, Barber B. Conable, que calificó de "vergüenza moral" la situación de pobreza extrema en que vive uno de cada cuatro habitantes del planeta. Conable hizo un llamamiento las naciones ricas para erradicar la pobreza del mundo mediante programas concisos de crecimiento económico.

Algunas novedades

El secretario de Hacienda y Crédito Público de México, Gustavo Petricioli, que habló ante la asamblea en nombre de todos los países latinoamericanos, propuso un denominado "pacto internacional para el desarrollo" que, a lo largo de 10 puntos, trata de establecer un programa coherente para resolver el problema de la deuda a medio plazo. El plan se basa en la estrategia caso por caso para el tratamiento de la deuda, pero sugiere algunas novedades que permitirían dentro de la misma estrategia aliviar los problemas de las naciones deudoras.

Así, el plan propone "programas de ajuste en los países altamente endeudados" que incorporen de manera explícita una estrategia de crecimiento. Al FMI y Banco Mundial les requiere que "canalicen un volumen suficiente de recursos que cuando menos compensen los pagos por capital e intereses" con inclusión de mecanismos automáticos de reciclaje de duración limitada. El Club de París debe aceptar reestructuraciones multianuales de capital e intereses sin elevar su coste ni suspender la cobertura del crédito a la exportación. La banca comercial debe garantizar nuevos recursos, bien sea mediante capitalizaciones automáticas o con nuevos créditos. Voluntariamente, los países acreedores deben aceptar condonaciones parciales de deuda. Debe modificarse el marco normativo, jurídico y fiscal en los países acreedores a fin de permitir la reducción de la deuda.' Los organismos internacionales deben dar garantías de financiación adicional para la recompra a descuento de la deuda. Por último, debe llegarse a un acuerdo para reducir el proteccionismo.

Ayer, el gobernador del Banco Central japonés, Satoshi Sumita, desveló su esperado plan de ayuda al Tercer Mundo, que previamente había deshojado en reuniones de los comités. Sumita confirmó que los fondos prometidos saldrán del programa de 30.000 millones de dólares anunciado ya hace año y media, y confirmó que los 5.100 millones de dólares que se destinarán a aliviar el problema de la deuda de los países de desarrollo intermedio se canalizarán a través del Banco de Importación y Exportación de Japón.