La ausencia de fuerzas españolas en Guinea es la clave de los problemas con ese país, según Yáñez
El Gobierno de Adolfo Suárez cometió un error al negarse a enviar la guardia personal solicitada por el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, en 1979. Así lo afirma el secretario de Estado para la Cooperación Internacional, Luis Yáñez, en sus declaraciones ante la comisión parlamentaria que investiga la cooperación con ese país. Para Yáñez, la ausencia de fuerzas propias es "determinante y condicionante del resto de nuestra acción" y recordó que el presidente Obiang "está rodeado de una guardia personal de gran potencia decisoria en el país, que es marroquí y no es española".
Tras el golpe de Estado contra el dictador Francisco Macías, Obiang solicitó a España el envío de fuerzas para constituir su guardia personal. El Gobierno de Suárez consideró la posibilidad de destacar una unidad de la Guardia Civil, pero finalmente descartó dicha ayuda "para no comprometer a España en la estabilización de un régimen nacido de un golpe militar", según un ex ministro centrista, actual colaborador de Suárez. Desde entonces, Obiang cuenta con una guardia marroquí de 600 miembros.Nueve años después, el responsable de la Cooperación Internacional, Luis Yáñez, trata de justificar muchos de los problemas con ese país en el proceso iniciado con aquella decisión. En 1981, bajo el gobierno de Calvo Sotelo, se planteó un plan de cooperación en materia de seguridad, que incluía el envío de asesores y el entrenamiento de policías guineanos; pero se produjo pronto un nuevo estancamiento en esta clase de cooperación.
[En junio de 1983 Guinea pidió una drástica reducción de militares y policías españoles en su país lo que provocó un serio desacuerdo en una reunión mixta hispano-guineana].
Suárez, en desacuerdo
La ausencia de fuerzas propias diferencia a nuestro país del estilo de cooperación de Francia, cuyas tropas en el África francófona le aseguran un mejor control sobre la situación interna y el destino de las inversiones en cooperación, siempre según la versión de Yáñez. El secretario de Estado recordó a los parlamentarios que París mantiene "tanques franceses, aviones franceses, soldados franceses, paracaidistas franceses en esos países, cosa que no ocurre con nuestra cooperación con Guinea Ecuatorial".Adolfo Suárez y sus colaboradores rechazan esa versión. Lejos de ver el asunto como el mayor problema actual, afirman que el Gobierno no envió a la Guardia Civil, en 1979, por un criterio de prudencia política. Sí se accedió a otro tipo de ayudas económicas y técnicas, puesto que España había contraído una "deuda moral" con el pueblo de Guinea Ecuatorial.
Suárez y su entorno sitúan la clave de los problemas en el proceso descolonizador realizado por el régimen franquista, del que se cumplen veinte años el próximo día 12. El entonces vicepresidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, y el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María de Castiella, apoyaron cada uno a un candidato distinto a la presidencia de Guinea.
Esa batalla en el seno de la Administración española produjo la victoria de Francisco Macías, el único aspirante que no contaba con apoyos en el Gobierno de Madrid, y que además logró su victoria a base de una campaña antiespañola.
"Cuando Obiang pidió ayuda al Gobierno, en 1979", explica un colaborador de Suárez, "la cooperación española con Guinea se había reducido a cero. Hubo que improvisarlo todo, y las estructuras administrativas españolas no estaban preparadas para controlar esa ayuda. Así se vio en los primeros años, en época de los gobiernos de UCD, y el Gobierno socialista no ha logrado mejorar esa situación'.
Centristas y socialistas sí están de acuerdo, por el contrario, en que Francia no ha sustituido a España en Guinea. Así lo asegura Yáñez, y en este punto se muestra de acuerdo el CDS. Ambas partes coinciden en que Francia ha estudiado a fondo si podía obtener beneficios en Guinea, y su conclusión ha sido negativa.
España tendrá que seguir cooperando con Guinea -piensan tanto la dirección del CDS como el Gobierno socialista-, pero el problema es cómo hacerlo de manera más eficaz y menos escandalosa.
Hoy mismo emprende viaje a Malabo -vía Carnerún- la comisión parlamentaria que investiga la cooperación con Guinea, que tiene previsto permanecer en ese país hasta el sábado. Preside la comisión el socialista Ciriaco de Vicente, y forman parte de la misma representantes de todo el arco parlamentario.Los diputados se entrevistarán con autoridades guineanas, cooperantes espafloles y empresarios.
El viaje de los parlamentarios se produce en uno de los peores momentos de las relaciones entre ambos países, tras el aplazamiento de una visita de Obiang a Madrid, que debía haberse realizado el viernes pasado.
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