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LAS RELACIONES HISPANO-BRITÁNICAS

Margaret Thatcher presionará a Bossano para que acepte el acuerdo sobre el aeropuerto de Gibraltar

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, tratará de presionar al ministro principal de Gibraltar, Joe Bossano, para que acepte el acuerdo suscrito el año pasado entre España y el Reino Unido para la utilización conjunta hispano-británica del aeropuerto del Peñón. Ésta es la conclusión más relevante de los dos días de visita oficial a nuestro país, primera en la historia de un primer ministro británico, de la dama de hierro, que ayer por la tarde regresó a Londres. El tema gibraltareño, "inaparcable para España", según Felipe González, ocupó la cuarta parte de las conversaciones entre ambos jefes de Gobierno.

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En el tema del aeropuerto gibraltareño, "solo tenemos el arma de la persuasión; no podemos obligarles de ninguna forma", dijo Thatcher en la conferencia de Prensa conjunta con González con la que la primera ministra puso fin a su primera visita oficial a España. Medios diplomáticos subrayaron que la primera ministra, que calificó de triste el rechazo gibraltareño al acuerdo, se pondrá próximamente en contacto con Bossano para tratar de convencerle de que el pacto aprobado en diciembre pasado en Londres sobre el aeropuerto "es bueno para los gibraltareños y para los españoles".Sin embargo, al margen de lo que una fuente gubernamental española califico de "opinión compartida sobre la personalidad y los riesgos que representa Bossano", la visita de Margaret Thatcher registró escasos avances para el secular litigio sobre el Peñón: "No tenemos una fórmula para resolver las diferencias entre nosotros", admitió la primera ministra, quien, sin embargo, insistió en que la colaboración mutua, "llena de vigor", debe mantenerse en el marco del Acuerdo de Bruselas de 1984. La primera ministra insistió en la imposibilidad de otorgar un estatuto de indepencencia -como parece querer Bossano- para el Peñón. González, por su parte, señaló, dentro del espíritu de cordialidad y acercamiento que ambos pretendieron dar a la conferencia de prensa, que en las conversaciones sobre Gibraltar "nos expresamos en términos de corrección y búsqueda de eficacia; seguiremos manteniendo las conversaciones".

El segundo gran tema en las cuatro horas de jonversaciones bilaterales entre Margaret Thatcher y González, la pretensión española de ingresar en la Unión Europea Occidental (UEO), presidida hasta el próximo mes de junio por el Reino Unido, se resolvió por completo de acuerdo con los intereses del Gobierno español: la primera ministra resaltó que España comparte la doctrina de disuasión nuclear de la OTAN, "lo que no significa que todos los países acepten instalar armas nucleares en su territorio nacional".

Mayores divergencias se registraron en lo referente a la marcha de la construcción de una Europa unida. La principal aspiración española durante su presidencia de la CE, entre enero y junio de 1989, la construcción de un espacio social europeo, fue minimizada por la señora Thatcher como "una nueva jerga", ala que anunció que se opondrá si significa mayor reglamentismo: "Soy demócrata, pero también meritócrata", dijo para dar a entender que los derechos hay que ganarlos con esfuerzo y no lograrlos mediante concesiones graciosas de la burocracia.

Malestar

González, sin atreverse a iniciar un debate ante la prensa, se limitó a señalar que, en este terreno "no discutimos sobre ideología o elementos abstractos, sino sobre medidas concretas". Los portavoces españoles, y más aún el presidente del Gobierno, evitaron en todo momento referirse al malestar suscitado en Madrid por la conferencia "antieuropeísta" pronunciada por la señora Thatcher en Brujas a comienzos de esta semana.

En su segunda y última jornada en España, la primera ministra inauguró una sucursal de unos populares almacenes británicos, cuyos productos elogió con términos ideales para un anuncio de televisión, y a recorrer el vertiginosamente el Museo del Prado y el Casón del Buen Retiro, donde se encuentra el Guernica, de Picasso.

El acercamiento hispano-británico entrará en una nueva fase con la visita de Estado que el próximo mes va a realizar la reina Isabel II.

Persisten Las diferencias sobre la participación de España en el Avión de Combate Europeo

Felipe Gonzalez y Margaret Thatcher están de acuerdo en la importancia del proyecto del Avión de Combate Europeo (ACE), pero, como en tantos otros puntos tratados en esta visita, las coincidencias terminan en la aproximación al conflicto. El Gobierno español sigue sin decidir los términos de su participación en el ACE, que, la primera ministra desearía que no bajara del 13% apalabrado, porcentaje que a la parte española le parece demasiado oneroso."Es extremadamente importante demostrar que se tiene capacidad para producir ese aparato en Europa", dijo Thatcher, antes de manifestar su confianza en que España siga en el proyecto. González insistió en que el 13% en cuestión se limita a la primera fase del proyecto, con lo que daba a entender que puede haber reducciones de la cuota española en estadios posteriores de desarrollo del plan.

El Gobierno está "preocupado por los incrementos de coste" sufridos por el proyecto, lo que, unido a que aún están pendientes de "arreglar aspectos de nuestra participación", ha retrasado una decisión que se anunciará pronto, según González. El presidente señaló que España no tiene compromiso alguno con el proyecto Rafale francés.

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