Autocrítica
Fui yo. Lo confieso. Si es necesario, me autocritico públicamente. He dado pie a que el señor Savater nos castigue con una interminable serie de artículos sesudos.Mi comentario en un bar de Malasaña no tenía por objeto una réplica de tantas holandesas. Hace tiempo dejaron de interesarme las razones del señor Savater, y sospecho que debe de ser duro mantenerse constantemente en los papeles, polemizando interminablemente entre latinajos y doctísimas frases de filósofos de entreguerras. Mi pregunta aludía a la responsabilidad de los ¿intelectuales? orgánicos en solidarizarse con la razón de Estado, aunque en este caso suponga realizar un viaje con nosotros por las alcantarillas del sistema.
Yo propondría que nos diese su palabra de honor el señor Savater de que no existe ni existirán pruebas que unan su dilatada línea argumental con las cloacas institucionales. Y que en 15 días no se vuelva a asomar a las páginas de los periódicos. No es mucho pedir, y me sentiría menos culpable.-
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