El diseñador James Acheson desvela el vestuario de 'El último emperador'
El diseñador británico James Acheson, oscar de Hollywood al mejor vestuario por El último emperador, de Bernardo Bertolucci, desveló ayer en Sevilla el proceso de creación de los 10.000 trajes y accesorios que se necesitaron durante el rodaje de la película en China. Los asistentes al seminario La innovación en el diseño y sus protagonistas, que programa la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, pudieron tocar los trajes del emperador y comprobar que los dibujos eran serigrafías sobre fibra artificial.Acheson lleva 18 años diseñando vestuarios para películas de cine y televisión. Algunas de ellas son Les liaisons dangereuses, de Stephen Frears; Highlander, de Russell Mulcahey; Brazil y Time bandits, de Terry Gilliam; Water y Bullshot, de Dick Clements, y The meaning of life, de Terry Jones.
El último botón
Con la película de Bertolucci Acheson habla de logística para situar todas sus piezas, con 60 papeles con diálogo y 19.000 extras, a los que hay que aplicar el diseño o la recreación histórica. "El diseñador tiene que ocuparse hasta del último botón", dúo, en una historia lírica y compleja realizada para seducir al público.Las ideas y las imágenes le llegan a Acheson con la primera lectura del guión; en la cuarta, ya empieza a calcular el número de vestidos y sombreros. La labor de investigación sobre el vestuario chino de la época se realizó en Londres, donde existe abundante material y documentación, según explicó.
La realización de los vestidos y trajes tiene un extraño itinerario, con paradas en Roma, Londres y Hong Kong. Sólo pudieron encontrar 37 trajes originales, utilizados como recreación de una época y los encajes en los primeros planos. Para vestir a los intérpretes y extras se creó una ilusión de bordado a base de textiles serigrafiados. En otras partes del vestuario, como en los cuellos, el dibujo se moldea en cera, se funde a continuación en aluminio y se le aplica una capa de oro. Las medallas y collares también fueron moldeados en cera y después fundidos. Acheson recordó a Visconti, para quien todos los detalles en un plano, por mínimos que sean, actúan de forma subliminal sobre el espectador.
La elección de los colores fue planteada por el diseñador gráfico Enric Satué, mientras que el ilustrador italiano Lorenzo Mattotti insistía en la utilización de los materiales originales como base de realidad, Acheson comentó con diapositivas las decisiones de color en vestidos y secuencías que responden a ideas fundidas por la iluminación del fotógrafo.
Las conferencias de Acheson Y Mattotti, quien habló sobre la ilustración a través del comic, inauguraron una jornada de lujo, ya que completaron el apartado dedicado a la innovación y la moda el sociólogo Francesco Morace, sobre tendencias en el comportamiento de la moda en Italia, y la antropóloga Anna dello Russo, sobre el signo de la moda.
En el otro seminario que se celebra paralelamente y en lugares distintos, lo que da lugar a un despilfarro de profesionales del diseño internacional, dedicado al diseño aplicado al transporte, las ponencias de ayer sobre las relaciones del hombre y la tecnología reunieron a nombres como Carmelo di Bartolo, Ezio Manzini, Isao Hosoe, Santiago Miranda, Francisco Podadera y Giovanni Klaus König.
Babelia
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