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La identidad de Madrid, tema central de la aportación española a la Trienal de Milán

La amenazada identidad de las ciudades del mundo es el tema central del debate abierto por la XVII Trienal de Milán, inaugurada ayer. La aportación española se ha concretado en una muestra collage, según definición de sus promotores, que pretende ejemplificar algunas de las muchas actuaciones que se han dado en Madrid durante los últimos 10 años en pos de la recuperación de una identidad urbana de compleja definición. El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, asistió a la inauguración de la exposición.

La decimoséptima edición de la Trienal de Milán, que ha recuperado su estatuto internacional tras 20 años de luchas políticas internas, durante los que llegó a peligrar la propia existencia de la manifestación, ha querido inaugurar su nueva etapa con un tema olvidado desde la década de los sesenta: los problemas que afectan a las grandes ciudades, y muy especialmente el de la definición de su propia identidad. El diseño y la arquitectura, que centraron la atención de las convocatorias de los años setenta, han cedido ahora el lugar a un debate que, en opinión de Luigi Mazza, director científico de la sección internacional de la muestra, "ya no ocupa los primeros lugares de la agenda política en los países industrializados, a pesar de que los conflictos detectados entonces no han sido resueltos".La internacionalización de la economía, la rapidez de los transportes y la homogeneización propiciada por los medios de comunicación han contribuido poderosamente a poner en entredicho la definición misma de la identidad urbana, que, según Mazza, "nunca había experimentado una crisis tan profunda como en la actualidad". "Precisamente por este motivo, y porque queríamos romper la imagen de identificación automática de la Trienal con temas relacionados con el diseño, hemos afrontado esta problemática tan compleja, que supera los límites de la arquitectura y el urbanismo en una síntesis superior", ha señalado, por su parte, el arquitecto Marco Cavallotti, secretario general de la Trienal.

La aportación española se ciñe a estos presupuestos presentando 19 proyectos, inscritos en tres direcciones: rehabilitación de edificios antiguos como la Casa de Correos, el antiguo hospital de Maudes o el puente de Segovia; dotaciones de equipamientos como el Centro Cívico de la Vaguada o la Ciudad de los Poetas, y operaciones de tipo singular como el parque de Tierno Galván, la Puerta del Sol o Atocha.

"Hemos optado por una exposición-collage; es decir, una ejemplificación de las muchas pequeñas intervenciones que se están realizando, tanto en Madrid como en la comunidad autónoma", ha destacado Martha Thorne, vicecomisarla de la muestra española. "Los 19 proyectos presentados podrían ser intercambiables por otros tantos y el objetivo quedaria igualmente cubierto". Tanto Thorne como José Ignacio Aguirre, responsable del ordenamiento de la muestra, han coincidido en señalar que la identidad de Madrid se basa en su diversidad, en la capacidad de absorción de culturas diferentes. Los proyectos fotográficos presentados se exhiben en dos grandes paneles encarados, separados por una reproducción de la planta del paseo de la Castellana instalada en el suelo. "El eje cultural de la Castellana va a ser el buque insignia del Madrid de 1992", ha manifestado a este diario Joaquín Leguina. "La muestra pretende, en síntesis, dar a conocer la arquitectura pública que se está realizando en la actualidad entre nosotros".

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