El Gobierno sustituirá la subvención a las publicaciones por ayudas indirectas

El Gobierno español ha aceptado modificar el régimen de ayudas a la Prensa y adaptarlas a las normas de la CE, tal y como se lo había solicitado hace cinco meses la Comisión Europea, que las consideraba discriminatorias y, por tanto, incompatibles con el Tratado de Roma, que más tarde dio lugar a la Comunidad Europea (CE), según informan fuentes fidedignas.

Con más de dos meses de retraso sobre la fecha límite prevista, los dos ministerios afectados, el de Industria y el de Cultura, contestaron conjunta y positivamente a finales del pasado mes de agosto a la carta de requerimiento que les había enviado a principios de abril Peter Sutherland, comisario europeo encargado de velar por el respeto de la libre competencia.En su misiva de respuesta, la Administración española no proporciona detalles sobre las modificaciones que proyecta introducir, pero insiste, en cambio, en mantener conversaciones con los colaboradores de Sutherland, cuyo contenido tampoco precisa.

En círculos allegados a la Dirección General de Competencia se indica que sólo cabe una discusión sobre el ritmo de adaptación del régimen de ayudas, pero en ningún caso sobre el fondo de la cuestión, y se prevé que un primer encuentro podría tener lugar a finales de este mismo mes.

Después de Semana Santa, Sutherland informó a las autoridades españolas que el requisito de la nacionalidad española para poder beneficiarse de las subvenciones otorgadas a la Prensa y las ayudas al consumo de papel de imprenta fabricado en España constituyen dos infracciones porque perturban el juego de la libre competencia.

Dueños españoles

Para poder beneficiarse de las subvenciones es, en efecto, indispensable, en el caso de una empresa periodística unifamiliar, que su dueño sea español, y en el caso de una sociedad por acciones, que sus propietarios sean súbditos del Reino de España. La petición de Bruselas equivale en la práctica a que las subvenciones sean suprimidas o a que también puedan aprovecharse de ellas las publicaciones que pertenecen parcial o totalmente a ciudadanos comunitarios.

El grueso de las ayudas estatales directas a la Prensa se conceden, por otra parte, en función de su consumo de papel de imprenta de producción nacional, cuyo precio es más elevado que el de importación, motivo por el cual éste sólo representa un 8% del consumo global de los diarios españoles.

Sutherland estimó que no se trata en realidad de ayudar económicamente a los periódicos, sino a los fabricantes españoles de papel, y su requerimiento implica en realidad que cesen estas prácticas desleales o que las ayudas sean concedidas a todos, incluida la industria papelera extranjera que exporta a España.

[El director general de medios de comunicación social, Francisco Virseda, ha declarado, a consultas de este periódico, que la próxima semana tendrá una reunión con representantes de la AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles) para estudiar una fórmula transitoria que permita el mantenimiento de un sistema de ayudas a la Prensa sin que vulnere las normas de la Comunidad Europea, en tanto se establezca un régimen parecido al ya vigente en otros países comunitarios.

Virseda reconoce que la Prensa española ha superado en este momento la grave crisis que atravesó cuando se decidió subvencionar al papel-prensa y la reconversión tecnológica del. sector. Según un informe remitido a la agencia de publicidad Walter Thompson, las inversiones publicitarias en España han registrado un incremento del 192% en los últimos cuatro años, siendo la Prensa diaria su principal beneficiaria, seguida por la televisión, las revistas y la radio.

Entre las fórmulas que se estudiarán conjuntamente con la AEDE, se barajan la sustitución de subvenciones directas por ayudas indirectas como la reducción de tarifas postales o créditos blandos.]