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LA LIDIA / SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES

Toreo sin toro en la reaparición de Ortega Cano

Reapareció ayer Ortega Cano, tan pimpante. La cornada que sufrió hacía justamente 10 días no parecía haber pasado por él. Ni cojeaba, ni daba el pasito atrás, ni tenía miedo del toro. La verdad es que tampoco había toro allí: tora mocha, y gracias. Al primero le faltaban casi todos los cuernos, y una señora ironizó, mirando socarronamente en torno: "A algunos conozco yo que los tienen más hermosos". Hubo un sutil estremecimiento en el tendido.Dicen de ligar los pases, como si este ejercicio básico en el toreo fuera un suicidio. Y salvo tres o cuatro figuritas, resulta que los ligan casi todos; si bien o mal, esa es otra cuestión. Ortega Cano es diestro que los liga, y además construye las faenas, y además carga la suerte. Así en la corrida de ayer. A veces mete el pico, y un espectador se lo advirtió en su segunda faena: "¡Ese picooo!". Ortega Cano le dio la razón, asintiendo con la cabeza, citó corrigiendo el ángulo del estoquillador hasta presentar la muleta rectita y planchá, se trajo al toro toreado, cargó la suerte, ligó tres derechazos excelentes.

Chaparral / Ortega, Espartaco, Lozano

Toros de El Chaparral (22, sobrero), flojos, varios sospechosos de afeitado. Ortega Cano: pinchazo y estocada atravesada que asoma (palmas); estocada atravesada que asoma y descabello (oreja). Espartaco: estocada corta atravesada y siete descabellos (silencio); pinchazo y media (oreja). Fernando Lozano: estocada trasera baja (silencio); pinchazo y bajonazo (palmas).Plaza de San Sebastián de los Reyes. Quinta corrida de feria.

Ese sería el toreo, con toro. Otro tipo de toreo, de corte contrario, lo ejecutó Espartaco en el quinto: citaba medio tumbado, la suerte descargadísima. Después corría la mano, mandando, pero faltaba el ftindamento -y la belleza- de todo lo demás. Sacó genio para consentir y aguantar los temperamentales gañafones del segundo; realizó un ardoroso trabajo de artesano concienzudo, amalgamó pundonor y simpatía, se llevó al público -de calle. Por eso es figura.

Desde la prehistoria taurina. hasta un minuto antes de que llegara la modernidad, hacían falta mejores cualidades toreras para ser figura. Eran otros tiempos, claro, en los que calificaban "del montón" a muchos pariguales a ciertos fenómenos de hoy. Fernando Lozano parece que se está formando a la antigua, pone seriedad en su toreo, y si tuvo un torucho absolutamente inválido -tantos pases le dio, tantas veces se cayó-, otro sacó poder, desarrollaba sentido, y lo aliñó sin perder los papeles. Es decir, que hay toreros en potencia, maduros o tiernos, y la fiesta iría viento en popa si además los que la mangonean, los que se dejan mangonear y los que permiten el mangoneo, tuvieran un mínimo de sentido común y decoro. No como en San Sebastián de los Reyes, ayer, con aquellos morlaquillos lisiados, o mochos, o ambas cosas a la vez, y precios propios no ya de la reaparición de Ortega Cano sino de Joselito y Belmonte, con una de Veragua.

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