_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nace una gran cinematografía

Ayer, hablar aquí de cine chino sonaba a eso mismo, a chino, a asunto de marcianos. Hoy, después del estreno de Sorgo rojo, este entuerto se ha enderezado en parte. Ya hay aquí, al alcance de amantes del buen cine, una película china, y son muchos los que van a quedar sorprendidos ante la sensación de cercanía que les va a causar esto que ayer era para ellos cosa extraterrestre.Primero con cuentagotas y luego de manera fluida, de unos años a esta parte, en las secciones informativas de los festivales de cine, los que acuden a ellos han comenzado a descubrir, primero que en China se hacen películas, después que se hacen bastantes y por último que en ellas hay notabilísimas incursiones, llenas de sensibilidad y de solvencia, en las mejores honduras de este arte. Y de las secciones informativas, las películas chinas comenzaron a infiltrarse en los concursos y a aparecer en los escaparates de lujo de las ferias cinematográficas, codeándose, sin tener que pedir perdón, con la flor de la producción mundial más afinada.

Sorgo rojo

Director: Zhang Yimou. Guión: Chen Jianyu, Zhu Wei, Mo Yan. Fotografía: Gu Changwei. Decorador. Vang Gang. Música: Zbao Jiping. Intérpretes: Gong Li, Jian Weng, Ten en Rujun, Ji Chunhua, Qu Churihuá, Liu Ji. Estreno en Madrid: cine Renoir (V. 0. S.)

Finalmente, en el último festival de Berlín, donde se ofreció lo mejor de la cosecha norteamericana del año pues allí compitieron casi todas las películas que después se disputaron los Oscar, el cine chino comenzó su lucha por los grandes premios y, lo que resultó más chocante, a llevarse el gato al agua. Sorgo rojo, en efecto, se llevó a China sin dificultad alguna el primer premio de este festival: el cada día más preciado Oso de Oro.

No es este filme -aunque tiene características de interpretación, tiempo y ritmo que chocan con la educación occidental- un ejemplo de exotismo. Por el contrario, sorprende de él su ajuste con las leyes del clasicismo cinematográfico ,tal como son universalmente entendidas. Tratándose de un asunto argumental local, lo es a la, manera de los grandes westerns: un localismo perfectamente inteligible desde cualquier latitud del planeta.

Enérgica y sutil

Una hermosa, enérgica y, al mismo tiempo, sutil película. Hecha en nuestras antípodas, parece de aquí al lado, nos concierne, nos habla en nuestro propio murmullo profundo, el que parece empujar, oculto detrás de las sábanas blancas de las pantallas, sobre las evidencias de lo que ocurre encima de ellas, dando así hondura a su horizontalidad. Excelentes actores componen tipos totalmente veraces, que saben combinar suavidad y dureza -Sorgo rojo contiene, junto a desgarros épicos y líricos, un sólido ejercicio visual sobre la violencia- en esa delicada tierra de nadie que proporciona magia y densidad al escaso, cine que sabe encontrar los accesos a la crucial zona intermedia que hay entre lo oculto y lo evidente en una pantalla.El primer gran paso del cine chino ya está aquí. Sólo queda esperar que este regalo no sea el último. No es ésta la única película china que se abre paso: El rey de los niños -menos espectacular que Sorgo rojo, pero con superior distinción estilística- fue presentada en Cannes, donde hizo un excelente papel. Síntomas, entre muchos, de que la cinematografía china se mueve.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_