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Umberto Eco: "Estoy preparado para el linchamiento"

Primeras declaraciones sobre su última novela, 'El péndulo de Foucaulf

El péndulo de Foucault, la nueva novela del semiólogo Umberto Eco, autor de El nombre de la rosa, se ha convertido en el acontecimiento literario de la temporada aún antes de que comience ésta, y antes de que el libro sea puesto a la venta por la editorial Bompiani en las librerías. Indiscreciones de personas que conocían el manuscrito, guardado hasta entonces como un secreto de Estado, así lo han provocado.Para neutralizar los efectos de la rumurología, en una entrevista publicada el lunes en exclusiva por el diario La Repubblica, Eco afirma que escribir una nueva novela después de un éxito como el de El nombre de la rosa es "exponerse a un linchamiento". Añade que sin embargo "tenía necesidad de escribir el nuevo libro, lo he escrito, y estoy preparado para el linchamiento". Explica que escribir un nuevo libro es siempre un riesgo, pero si debía escribir esta novela, debía escribirla. No podía evitarlo sólo por miedo al fracaso".

El escritor, autor de Apocafipticos e integrados y otros penetrantes análisis del funcionamiento de los medios de información, sale al paso de la acusación de haber montado una operación, primero con silencios y luego con revelaciones, para crear una gran expectativa. "En ningún país del mundo el editor desea que el libro sea criticado antes de que se encuentren ejemplares en las librerías", dice, y añade que un autor que ha obtenido un éxito notable con el libro precedente no tiene necesidad de escandalizar en medio de agosto con montajes espectaculares. Precisa igualmente que La Repubblica y L´Expresso, las publicaciones donde escribe, han mantenido una gran caballerosidad en este asunto de las revelaciones.

Cuenta en otro momento de la entrevista concedida a La Repubblica que escribió El nombre de la rosa de un modo "como irresponsable". Nadie le apremiaba, no debía probar nada a nadie. Estaba apasionado y nada más. En esta nueva novela, en cambio, ha estado condicionado. Se preguntaba si escribía por necesidad narrativa o por probarse a sí mismo que era capaz de escribir algo tras El nombre de la rosa.

Eco no va a escribir nada durante meses, dice, después de un gran esfuerzo en el que cada página, según dice, por sencilla que fuera, ha sido escrita por lo menos diez veces; el autor cree que en su nueva obra ha introducido una escritura narrativa compleja, con saltos en el tiempo.

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