_
_
_
_
Entrevista:

José María Aznar : "Estudie una opción durante un año a nueve horas diarias porque quería casarme"

Anabel Díez

Votó en 1977 a UCD después de asistir a un mitin de AP que no le gustó' "nada" José María Aznar-, casado, tres hijos, 35 años, presidente de la Comunidad de Castilla y León, considerado por la oficialidad de su partido como una de las cabezas del sector crítico él no tiene conciencia de ello-, sintió desde jovencito la llamada de la cosa pública -"no me veo como jefe de ventas de una empresa privada"-, y por eso al terminar Derecho no dudó en opositar para entrar bajo el paraguas del Estado y se decidió por el Cuerpo de Inspectores de Finanzas del Estado. Pensado y hecho: sacó la oposición tras un año de estudio a nueve horas diarias. Claro que asegurarse la autonomía financiera le corría prisa porque quería casarse. Después del matrimonio, a los 24, y de ser padre, a los 25, se afilió a AP.

Pregunta. ¿No tuvo inquietudes políticas juveniles?

Respuesta. No, en esos años vivía.

P. ¿Pero se sentía conservador, un joven de derechas?

R. No especialmente. Yo en el 77 voté a UCD, después de asistir a un mitin de AP en la plaza de Las Ventas de Madrid que no me gustó nada.

P. ¿Estaba Fraga en ese mitin?

R. Sí.

P. ¿Cómo fue su evolución hacia AP?

R. UCD cumplió un papel muy importante hasta la elaboración de la Constitución en el 78. Después entendí que el mapa político de -centro-derecha se reabría de nuevo y tomé la decisión de afiliarme a AP. A mí me atrae mucho la personalidad de Fraga. Me afilié en La Rioja, que fue donde me destinaron tras aprobar la oposición. Después de dos meses de militante de base me eligieron secretario general. Al trasladarme a Madrid fui responsable de política autonómica y en el 82, diputado. Recuerdo que yo sólo despachaba con Fraga.

P. ¿Quiso siempre dedicarse a la vida pública o, como dicen muchos políticos, le ha supuesto renuncias personales?

R. No, no, no he hecho ninguna renuncia. Las cosas de la vida pública las he vivido siempre por mi familia. Tengo vocación de vida pública, no me veo de jefe de ventas de una empresa privada.

P. ¿Al salir de la universidad ya sabía que quería opositar?

R. Sí, sí. Al terminar Derecho medité sobre las oposiciones que iba a hacer y me decidí por el Cuerpo de Inspectores de Finanzas del Estado. Estudié durante un año nueve horas diarias para asegurar que las iba a sacar. Además, es que me quería casar con Ana. Ella, a su vez, opositó al Cuerpo Técnico de la Administración.

Los carcas, en el PSOE

P. En su partido se da mucha importancia a las cuestiones morales, como se ha podido apreciar recientemente en su oposición a que mujeres solteras o sin formalizar la unión con su pareja por la Iglesia puedan someterse a las técnicas de fecundación artificial. Y antes, con el divorcio y con el aborto. ¿ha tenido que votar alguna vez en contra de su conciencia por disciplina de partido?

R. Esas cuestiones son de moral individual y no puede haber actitudes homogéneas. No estoy en contrá del divorcio, pero -sí voté en conciencia en- contra del aborto.

P. Los sectores progresistas siempre han considerado que AP estaba lleno de carcas. Está de acuerdo con esa apreciación?

R. Carcas, lo que se dice carcas, hay más en el PSOE. Ja, ja, ja. Desde la Alianza Popular del79 a la de ahora hay una distancia tremenda, ha habido una evolución impresionante. En fin, es un mundo distinto, no tiene nada que ver. Fraga ha tenido mucho que ver en eso. Lo cierto es que la irenovación en Alianza Popular siempre la ha impulsado Fraga.

P. ¿Comparte la creencia de que las nuevas generaciones son más conservadoras que sus progenitores, y si es así habría que pensar que un partido de derecha tendría un gran futuro?

R. Sí creo que en los jóvenes se dan tendencias más conservadoras y podría darse una gran cantera, pero para que eso ocurra el centro-derecha tiene que evolucionar mucho. Todavía no ha dado con el proyecto ni la estrategia adecuados.

P. ¿Ni con el líder adecuado?

R. La derecha siempre ha tenido problemas de liderazgo. Será la sociedad en algún momento la que dirá quién tiene que ser el líder.

P. ¿Tiene usted conciencia de ser el disidente oficial?

R. No tengo problemas de conciencia. Digo lo que tengo que decir cuando creo que lo debo hacer. Si eso es ser disidente, pues lo soy. Ahora bien, siempre estoy dispuesto a que me rebatan y a que me demuestren que no tengo razón ya que no tendría ningún inconveniente en rectificar.

P. ¿Es cierto que tuvo conocimiento de que en la última convención de su partido los militantes le iban a abuchear y pidió garantías de que ello se iba a evitar?

R. Comuniqué que me había llegado tal información y que se valorara la situación ya que si ocurría daría lugar a una situación muy desagradable de imprevisibles consecuencias. No ocurrió nada de eso, sino todo lo contrario.

. P. ¿Cree que Alianza Popular se ha distanciado del sector empresarial y que incluso las declaraciones de dirigentes de su partido manifestando su autonomía han contribuido a ello?

R. Como presidente de Castilla y León, tengo la obligación de llevarme bien con todos los sectores sociales, y eso lo deben tener en cuenta todos los partidos políticos porque ese sector contribuye al desarrollo. Ahora bien, he oído al Gobierno socialista decir que se entiende muy bien con ese sector, dejando a un lado a la oposición y al Parlamento. Dada esa situación, si un partido de la oposición tiene mala relación con los empresarios está favoreciendo la política del actual Gobierno. Desde luego, no es un acierto.

P. ¿Cuando comenzó a pensar que no era descabellado que podría ser presidente de Castilla y León?

R. En 1983 me pidieron que fuera presidente regional del partido y no acepté. Quizá ésa fue la única ocasión en la que me distancié de Manuel Fraga. En el 85 sí acepté la presidencia, y a partir de ese momento me pareció posible llegar al Gobierno de la región y trabajé para que ocurriera. Ahora estoy haciendo lo que dije que haría, y en un país como éste comprendo que resulte raro.

P. ¿Estudia la posibilidad de ser presidente del Gobierno de la nación?

R. No, no ha llegado el momento.

P. No obstante, ha reconocido hace pocos días que le gustaría alcanzar esa posición.

R. He tenido la sinceridad de decir algo que muchos piensan pero que no se atreven a decirlo. Hay otros, como Enrique Múgica, que aseguran que la máxima aspiración de un político es ser ministro y se quedan ahí, pues muy bien. En política todo tiene su tiempo, sus modulaciones.

P. Proclama que su gobierno se basa en la austeridad, lo que para algunos no es más que una política de gestos.

R. Creo en esa política y la voy a seguir practicando, y así se verá en los próximos Presupuestos para la región. Se dedica más a la inversión que al gasto corriente.

Castilla ante todo

José María Aznar, en las vísperas del bautizo de su tercer hijo con el nombre castellanísimo de Alonso y cuando por primera vez desde hace años no veranea en la playa, sino junto al Duero, hace profesión de amor a Castilla y León y muestra vocación de permanencia en la zona. Dice que su deseo es terminar esta legislatura (1987-1991), presentarse a la reelección, ganar, "y luego ya se verá". "Desde luego, en el 90 que no cuenten conmigo para ninguna aventura".

Pregunta. Dice que en el 90 no cuenten con usted para aventuras, pero ha abierto expectativas al señalar que en septiembre tomará alguna decisión. ¿En qué sentido?

Respuesta. Quiero decir que puedo encabezar una lista o participar en una de ellas, o no hacer nada. Desde luego, para mí prevalecerá la unidad del partido.

P. Opina que puede encabezar una lista al congreso y, sin embargo, que no cuenten con usted para las elecciones del 90, ¿no es eso una contradicción ya que el candidato de un partido suele ser el dirigente del mismo?

R. Con la primera respuesta que he dado quedan pocas posibilidades de que encabece una lista en el congreso. Pero también hay que tener en cuenta que hay otros modelos según los cuales el presidente del partido no es el que encabece la lista para presidente del Gobierno. Sea lo que sea, ninguna decisión prevalecerá sobre mi situación de presidente de Castilla y León. Creo que voy a dar un disgusto a los que creen que me voy a ir de esta región. Mi compromiso de agotar la legislatura y repetir es firme.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_