Tregua en los intentos bancarios de que suban los tipos de interés ante las cifras monetarias de julio
La publicación de las cifras sobre la marcha de la masa monetaria en julio supuso ayer una tregua en el forcejeo entre la banca, deseosa de que suban los tipos de interés, y el Banco de España y el Tesoro, empeñados en mantenerlos. Los datos se prestaron a lecturas ambivalentes: lo mismo sirven para confirmar que la cantidad de dinero lleva dos meses dentro del objetivo marcado por el Gobierno que para despertar los temores ante los efectos de una actividad económica superior a la prevista. El crédito al sector privado creció, en efecto, a un ritmo del 22%, casi el doble de lo programado para 1988. Ante este dato, los mercados, aun cuando mantuvieron el precio del dinero, reforzaron su impresión de que la tensa calma actual derivará en novedades durante la semana próxima.
La masa monetaria, definida por los activos líquidos en manos del público -los alpes-, aumentó durante julio a un ritmo anual del 7,5%, según las cifras publicadas ayer por el Banco de España. Para los siete primeros meses del año, el avance ha sido del 10,7%, gracias también a una revisión a la baja de los datos de junio. La oferta monetaria entra así dentro de la banda anual de objetivos fijada para controlar la inflación del 8% al 11%, después de su amplio desbordamiento durante el año pasado y en los cinco primeros meses del presente ejercicio.Desde la perspectiva de la autoridad monetaria, que la cantidad de dinero se mueva en la senda fijada permite cierta tranquilidad. Mejora la noticia el considerar que esto se ha logrado contracorriente: acaban de ser revisadas al alza las estimaciones sobre aurnento real de la actividad económica (hasta el 4,6%) y los precios se muestran más resistentes a la baja de lo esperado.
Los operadores de los mercados monetarios, sin embargo, preferían ayer fijarse mejor en las explicaciones del citado dato. Comentaban que, si la masa monetaria ha crecido poco, ha sido porque el sector público y el exterior apenas contribuyeron a elevar la cantidad de dinero en julio, mientras que se ha disparado el crédito al sector privado. El 22% de aumento de éste, que engrosa su expansión acumulada durante los siete primeros meses del año hasta un 15%, lo juzgan altísimo.
Según los comentarios recogidos en los mercados, la fortaleza del crédito a las familias y a las empresas muestra que la actividad económica sigue siendo fuerte. Pero añaden que esto entraña una amenaza para el objetivo de inflación, sobre todo cuando se espera un índice de precios al consumo de julio cercano al 0,8%, la mitad que en los seis meses anteriores.
Posible actuación
En conclusión: de confirmarse los datos, el Banco de España tendrá que actuar. Y ello porque los factores que han compensado este aumento de la masa monetaria podrían cambiar en el transcurso de los próximos meses. Aparte de que el sector exterior apenas ha inyectado dinero al sistema -las entradas de divisas se han frenado por las nuevas barreras puestas a las empresas interesadas en captar dinero del exterior y porque las entradas de dinero caliente o especulativo internacional ha encontrado durante las últimas semanas más aliciente en la fortaleza del dólar y en las subidas de tipos de interés exteriores-, todos los consultados coincidían en que el sector público creará dinero en los próximos meses.El propio banco emisor, aunque apuntaba que el crédito interno a las administraciones públicas ha registrado una cierta aceleración en julio, trataba de anticiparse ayer a cualquier alarmismo ante el crédito privado. Su nota de prensa señalaba que, como el cierre del mes de julio ha coincidido con dos días inhábiles, los datos de crédito al sector privado "están influidos por la imposibilidad de dar de baja en las carteras bancarias los efectos comerciales descontados, elevando la tasa de crecimiento de dicha magnitud.
En este contexto, antes del 6 de septiembre vencen casi 0,7 billones de pesetas en títulos de deuda pública colocados por el Tesoro o el Banco de España. Si no se renuevan, el dinero volverá a circular y engrosará la masa monetaria, adicionalmente a lo que pueda ocurrir por el crédito a familias y empresas, las entradas de divisas y el recurso del Tesoro al Banco de España para financiar parte del déficit público.
La autoridad monetaria y el Tesoro, que en las últimas semanas han logrado contener los tipos de interés deberán decidir si prefieren retirar dinero del sistema elevando sus precios, o si aprovechan la existencia de una gran liquidez para mantener o incluso dejar caer los tipos de interés del dinero y de la deuda.
Lo primero sintonizaría con los deseos de la banca y con la tendencia de los principales mercados intemacionales, que durante las últimas semanas han elevado los tipos de interés. Lo otro amenazaría al objetivo de control monetario aunque resultara más barato para el Tesoro.
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