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Rafsanyani pide a sus soldados que dejen de disparar

ENVIADO ESPECIAL Las armas callaron ayer en todos los frentes de la guerra que durante ocho años ha enfrentado a Irán e Irak. Hachemi Rabanyani, presidente del Parlamento y jefe de todas las fuerzas armadas de la República islámica, ordenó ayer a sus tropas "un inmediato alto el fuego" adelantándose así, de forma unilateral, a la fecha del próximo 20 de agosto, anunciada el lunes por la noche por el secretario general de las Naciones Unidas como la de efectivo comienzo del cese de las hostilidades. "Permaneced alerta y repeled cualquier agresión, pero no seáis vosotros los primeros en abrir fuego", ordenó Rafsanyani a sus combatientes. Irak adoptó una actitud similar y dejó ayer de emitir comunicados de guerra.

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¿Un millón de muertos?

Bagdad y Teherán acogieron de modo diferente el anuncio de que el 20 de agosto será el día D para la paz en la región del golfo Pérsico. Las diferencias de reacciones expresaron a la perfección los sentimientos de ambos contendientes. Irak celebró el alto el fuego como "una gran victoria". Irán, como una solución que le ha sido finalmente impuesta por una amplia coalición de enemigos.La noche del lunes al martes, minutos después de conocer la noticia de Nueva York, miles y miles de personas salieron a las calles de la capital iraquí para expresar su júbilo con disparos al aire y batir de cacerolas y sartenes. El presidente, Sadam Husein, se unió a su alegría decretando tres días de fiesta nacional.La mayoría de los teheraníes, en cambio, conoció la fecha del alto el fuego ayer por la mañana. Su reacción fue de indudable alivio por el fin de una pesadilla que les ha costado muchos muertos y grandes daños económicos, pero apenas hubo gestos públicos de felicidad en la noche del lunes al martes, sólo una caravana de 50 vehículos recorrió las calles de la capital iraní haciendo sonar sus bocinas. Los participantes en esa demostración comprendieron pronto que las autoridades no estaban por tales gestos de entusiasmo.Irán, que en las últimas semanas ha cooperado sinceramente en la búsqueda de la paz, no puede olvidar que, si bien ha logrado salvar su revolución islámica, tampoco ha podido exportarla a otros países del Golfo y, sobre todo, no ha conseguido derribar al régimen de Sadam Husein.

Un Nobel para la ONU

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No hubo ayer el menor comentario oficial al establecimiento del día 20 como comienzo del alto el fuego y del 25 como comienzo de las conversaciones directas en Ginebra. Javier Pérez de Cuéllar, cuya labor en este final feliz ha sido enorme, dijo ayer que se sentiría muy feliz si la ONU recibiera este año el Premio Nobel de la Paz por su éxito en el conflicto del Golfo.

La Prensa de Teherán informó con discreción de las fechas fijadas y dio más importancia a las palabras de condena pronunciadas por el imam Jomeini en la inauguración de la conferencia internacional sobre agresión y defensa que tiene lugar en la capital iraní.

¿Hasta qué punto Irak se comprometerá realmente en la paz?, titulaba su editorial el Tehran Times. El articulista reiteró la validez del acuerdo fronterizo suscrito en Argel en 1975, abrogado unilateralmente por Irak el día que invadió en 1980 la recién nacida República Islámica. Al mismo tiempo, Tehran Times expresó sus dudas sobre la voluntad iraquí de respetar ese acuerdo.

Los 350 observadores de diferentes nacionalidades que la ONU enviará a vigilar el respeto del alto en fuego tendrán que vigilar una frontera o frente de 1.300 kilómetros, con el agravante de que la mayoría de las, 670 señales que marcaban los límites de cada país han desaparecido durante la guerra.

Los íraníes se alegran por el regreso de sus familiares del frente y la indudable mejora de la situación económica que va a producirse en los próximos meses.

Muchos, sin embargo, los menos comprometidos con el régimen islámico, se preguntan para qué ha servido la tenaz resistencia de su país. Los partidarios del imam Jomeini, por su parte, no pueden ocultar su amargura por "una paz que nos ha sido impuesta, como lo fue la guerra, por la fuerza de las armas", en palabras de un pasdaran (guardia revolucionario).

Milton Buffington, un jurista norteamericano que participa en la conferencia sobre agresión y defensa, pidió ayer a la comunidad internacional una condena del régimen iraquí "como reparación por los daños causados a Irán, en especial con el uso de armas químicas".

Los medios navieros del golfo Pérsico han acogido con gran esperanza el anuncio de la inminencia del alto el fuego. Fuentes de Dubai manifestaron ayer suseguridad de que la tregua va en serio. En las costas de ese emirato, Margaret Thatcher visitó por sorpresa las unidades navales británicas desplegadas en el Golfo y anunció que permanecerán allí hasta la consolidación de¡ alto el fuego. Por su parte, el secretario de Defensa norteamericano, Frank Carlucci, dijo que los navíos de EE UU no se retirarán de la zona hasta que Washington esté convencido de que el cese de hostilidades es efectivo.

El pasado sábado, el ministro de Defensa kuwaití pidió la pronta retirada de todas las armas extranjeras presentes en las aguas del Golfo. Kuwait fue el país que logró la internacionalización del conflicto al solicitar protección armada norteamericana para sus petroleros.

Entre los países que mostraron ayer su satisfacción por el acuerdo de alto el fuego se encontraban la Unión Soviética, Estados Unidos, el Reino Unido, Japón, Francia, Italia, Kuwait y Arabia Saudí.

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