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Del estraperlo al narcotráfico

El descubrimiento de 17 toneladas de hachís en una cueva de la cala Morisca de Lloret de Mar la pasada semana ha confirmado que las viejas rutas de que se servían los contrabandistas de los pueblos costeros para desembarcar el tabaco, la ropa, el café o el azúcar, que mantuvieron viva la economía del estraperlo tras la Guerra Civil, vienen siendo ahora utilizadas por los narcotraficantes.

Los envíos de droga llegan a España a bordo de barcos nodrizas que, fondeados en aguas internacionales, pasan la carga a lanchas rápidas cuyo destino suele ser Algeciras, la Costa del Sol, Galicia y, especialmente, las calas de la Costa Brava. Desde el año 1981 han sido intervenidos en la zona tres cargamentos importantes -aparte del de cala Morisca- que sumaban más de seis toneladas de estupefacientes.

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El 5 de marzo de 1981 el yate de bandera panameña My Orion cargó cerca del cabo Espartel 2.500 kilos de hachís. En la operación estuvo involucrado el vecino de Maçanet (Gerona) Jordi Pascual Llorens, ahora detenido por el caso de cala Morisca. Pascual tenía que percibir entonces 17.000 pesetas por kilo de droga transportada y los dos guardias civiles con los que había contactado para que no interfiriesen en la operación debían percibir 4.000 pesetas por kilo de hachís desembarcado. La Audiencia Provincial de Gerona condenó a Jordi Pascual a 12 años de prisión mayor y a una multa de 150.000 pesetas. A los dos guardias civiles se les impuso una pena de siete años de prisión. Posteriormente, el Supremo rebajó a seis años la condena de Pascual.

El 14 de julio de 1984, el barco de bandera libanesa Ashraf fue interceptado por la patrullera Halcón-3 de la Armada española a la altura del cabo de Tossa de Mar. El barco, que se dirigía a Marsella, transportaba hachís procedente del Líbano. Los agentes de la patrullera descubrieron 2.900 kilos de droga valorados en más de 600 millones de pesetas, que iban escondidas en neumáticos, sacos y bidones. El Ashraf aún se halla fondeado en el puerto de Barcelona. Adrianus Johanes Menema, el capitán del Ashraf, fue condenado a seis años de prisión por contrabando y a una multa de 10 millones.

El 1 de octubre de 1985, la patrullera Águila abordó, a la altura del cabo de Begur, al Boreas, un barco de bandera panameña que había iniciado su viaje en la ciudad belga de Ostende y que en alta mar había cargado más de 1.500 kilos de hachís. Los agentes de la patrullera sólo pudieron recuperar 1.344 sacos que contenían 650 kilos porque el resto había sido lanzado por la borda por tres marineros cuando se vieron abordados por la patrullera. El capitán del barco y el agente naviero que iba a bordo fueron condenados a seis años de prisión y al pago de 200 millones por un delito contra.la salud pública y otro de contrabando.

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