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La avanzadilla de una embajada israelí llega a Moscú

Pilar Bonet

Una delegación oficial integrada por seis funcionarios israelíes, considerada el embrión de la futura Embajada de Israel en Moscú, llegó ayer por la tarde a la capital soviética por primera vez tras la ruptura de relaciones diplomáticas, hace 21 años. El portavoz del Ministerio de Exteriores soviético, Vadim Perfiliev, dijo ayer que la visita israelí tenía un carácter "técnico y limitado" e independiente del problema de las relaciones entre ambos países. Estas cautelosas aseveraciones oficiales son acogidas con escepticismo en medios occidentales y árabes en Moscú.

La delegación tiene intención de acudir hoy, viernes, a la sinagoga de Moscú para asistir al Sabath. Asimismo examinará los procedimientos de expedición de visados israelíes e inspeccionará la antigua embajada. Medios diplomáticos occidentales consideraban que el alojamiento de los funcionarios -de entrada, en un hotel; pero eventualmente, en la antigua embajada- es un tema delicado por sus implicaciones.Un edificio deshabitado, pero a punto para recibir nuevos moradores en cualquier momento, espera a la delegación israelí, dirigida por el diplomático Meron Gordon, de origen emigrante soviético. El edificio, en un céntrico barrio de Moscú, es la sede de la antigua embajada, abandonada en 1967, cuando la URSS rompió relaciones diplomáticas con el Estado de Israel a consecuencia de la guerra de los Seis Días. Desde entonces, el alquiler es pagado puntualmente por la Embajada de Holanda en Moscú, que representa los intereses israelíes en la URSS y entre otras cosas, expide los visados de emigración hacia aquel país. Los intereses soviéticos en Israel están representados por Finlandia.

La delegación consular israelí ha viajado a Moscú pasando por Holanda, donde recibió visados soviéticos para una estancia de dos meses que, en opinión de los observadores occidentales, podría prolongarse indefinidamente. Desde hace un año se encuentra en Israel una delegación consular soviética equivalente a la que ahora viene a la URSS. La delegación soviética llegó en julio de 1987 con la misión de examinar la propiedad de la Iglesia ortodoxa rusa en territorio israelí y de renovar los pasaportes de los ciudadanos soviéticos.

La visita, que provoca susceptibilidades entre los países árabes amigos de la URSS, fue anunciada el pasado enero, pero la dura represión contra los palestinos en los territorios árabes ocupados ha influido aparentemente en su retraso.

La ausencia de relaciones normales entre Moscú y Tel Aviv merma el papel de la URSS en los planes de pacificación de Oriente Próximo, incluida la posibilidad de celebrar una conferencia internacional bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de la ONU, con todas las partes implicadas en el conflicto, tal como desea el Kremlin.

Emigración

El ministro de Exteriores de Israel, Simón Peres, es favorable al plan soviético siempre y cuando se restablezcan antes las relaciones diplomáticas. En los últimos dos años, dos países del bloque socialista, Polonia y Hungría, han restablecido relaciones diplomáticas a bajo nivel con Israel. Rumanía fue el único país de la comunidad socialista que no las interrumpió nunca.

La emigración de judíossoviéticos a Israel, que alcanzó su máximo en 1979 con 59.000 personas y su mínimo en 1986 con menos de 1.000, comenzó a aumentar rápidamente en 1987, cuando 8.000 judíos abandonaron la URSS. En los prirneros meses de 1988, el número de emigrantes judíos ha superado ya los 6.000, y a esta cifra de exiliados se añade ahora la de los familiares y amigos que viajan por invitación como turistas desde Israel a la URSS, y viceversa. Medios occidentales en Moscú calculan que bastante más de 500 ciudadanos soviéticos se han beneficiado este año de la nueva posibilidad de viajar por placer. Muchos otkazniki, ciudadanos a los que se había denegado el permiso para emigrar, han visto sus casos resueltos; sin embargo, medios occidentales calculan que varios centenares de personas, entre ellas Yuli Kosharovski, que lleva 17 años esperando, ven aún denegadas reiteradamente sus peticiones de emigrar a Israel.

Durante los últimos años, delegaciones diversas de ambos países han intercambiado visitas. Así, Israel ha estado presente en la Feria del Libro de Moscú y en el Congreso Internacional de Abogados.

[El Ministerio de Exteriores de Israel ha tratado con discreción la visita oficial de cinco diplomáticos israelíes a la Unión Soviética. "Es un acontecimiento importante, pero no histórico", señaló en un comunicado, según informa desde Jerusalén. Para el ministerio, "el viaje sólo será histórico en el momento en que la URSS renueve las relaciones diplomáticas, rotas un¡lateralmente por ella en junio de 1967".

Fuentes oficiales israelíes indican que los diplomáticos han sido "cuidadosamente escogidos"; cuatro de ellos hablan ruso y dos han nacido en la Unión Soviética: Meron Gordon, jefe de la delegación y actual consejero de la Embajada de Israel en Roma, y Yaacov Kedini, quien hace 20 años fue uno de los primeros refuseniks que luchó por la libertad de emigrar a Israel.

"La atmósfera es prometedora, pero no hace falta ser impaciente", afirma Y. Anung, director general adjunto del Ministerio de Exteriores.]

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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