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RELIGIÓN

El episcopado niega haber presionado para destituir a los teólogos de Granada

El secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe afirmó ayer en una nota que los obispos españoles no presionaron para conseguir la destitución, el pasado mes de mayo, de José María Castillo y Juan Antonio Estrada, jesuitas y profesores de teología, apartados de su cargo en la facultad de Granada por su talante progresista.

El texto del secretariado de la citada comisión episcopal, que se encarga de la vigilancia de la ortodoxía, subraya que "no faltó el diálogo con los interesados ni, las advertencias, ni las medidas cautelares y de prudencia". "Los obispos españoles no actuaron presionando deslealmente sobre el superior general de la Compañía de Jesús. La decisión final se tomó por los superiores jesuitas tras sucesivos informes, reuniones y consultas, entre la Congregacíón para la Doctrina de la Fe, los obispos españoles más directamente interesados y los superiores, correspondientes de la compañía", informa Europa Press.Sin embargo, a Finales del año pasado el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, el entonces secretario del episcopado, Fernando Sebastián, y Antonio Palenzuela, presidente de la comisión para la Doctrina de la Fe, se entrevistaron con Peter Hans Kolvenbach, prepósito general de los jesuitas. En las reuniones también participo el cardenal Josef Ratzinger, prefecto del dicasterio romano para la Doctrina de la Fe. De ahí que en medios de la propia Compañía de Jesús no se dé excesivo crédito a la versión de que las presiones no existieron.

La nota, de cinco folios de exterisión, recuerda que el problema con estos profesores viene de may atrás, y cuenta con algunos precedentes: la restricción de la actividad docente del padre Castillo dentro de la facultad, circunsciribiéndole a los cursos especiales del segundo ciclo, y separándole de los institucionales. El texto dado a conocer ayer se fundarnenta en la nota informativa Sobre algninos escritos de teología popular publicada por esta comisión episcopal, en diciembre de 1986, y la retirada de seminaristas de esta facultad, por parte de los obispos de algunas diécesis andaluzas.

En el caso de Castillo es cierto que se produjeron estas advertencias. Estrada, sin embargo, jamás había recibido, según medios eclesiásticos, ningún tipo de amonestación por lo que la decísión de destituirlo soprendió tanto a los sectores progresistas de la Iglesia como al propio interesado, quien no podrá dar clases a partir del próximo mes de septiembre en Granada. El texto de la comisión episcopal añade que no se trata de una caza de brujas y otras acusaciones de esta índole 1anzadas por algunos medios informativos y ciertos ámbitos de la Iglesia". Lo que sucede es, a Juicio de la comisión, que en los textos de ambos teólogos "existen afirmaciones sobre la naturaleza de la Iglesia no conforme con la interpretación transmitida por la tradición y el magisterio".

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