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"Nos criticamos la manifestación sino la injerencia", dice Sergio Ramírez

La participación de funcionarios estadounidenses en la manifestación antisandinista que tuvo lugar el domingo en la ciudad nicaragüense de Nandaime ha sido una de las causas de la expulsión de Managua del embajador de Estados Unidos y de otros seis diplomáticos norteamericanos, según explicó ayer el vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez. "No criticamos la manifestación", afirmó, "sino la injerencia", y agregó que se ha tomado la medida de expulsión "para preservar el esquema pluralista".Ramírez llegó ayer a Bruselas, procedente de Viena y Estrasburgo, y se entrevistó en la capital belga con los comisarios Manuel Marín y Lorenzo Natali. Hoy será recibido por su principal interlocutor, Claude Cheysson.

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Ramírez sostuvo ante la Prensa que "una vez perdido el instrumento de la guerra de agresión" desarrollada por los rebeldes contra Managua, "Washington se permite ahora descaradas injerencias, promoviendo y financiando actos de desorden y desestabilización" llevados a cabo gracias a "partidos de derechas y otras organizaciones".

Según el vicepresidente, asistieron a la manifestación de Nandaime "muchos funcionarios norteamericanos y miembros republicanos del Congreso de EEUU ( ... ) que corearon eslóganes antigubemamentales".

Preguntado sobre si esperaba que Washington reaccionase expulsando a su vez al embajador nicaragüense, el vicepresidente contestó riéndose: "Eso sería lo mejor, eso sería lo suave".

Cheysson, encargado de la cooperación con América Central, sólo recibirá a Ramírez hoy porque se ha visto obligado a prolongar su estancia en Extremo Oriente y la conferencia de prensa conjunta que tenía prevista dar con su huésped nicaragüense fue anulada a última hora, en lo que ha sido interpretado como una muestra de solidaridad de la Comisión Europea con Washington.

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Golpe a Esquipulas 2

El presidente del Partido Socialcristiano nicaragüense, Erik Ramírez, que ha sido uno de los principales defensores de una solución negociada a la crisis, se lamentó ayer en Madrid de las medidas adoptadas por Managua, a las que calificó de "golpe mortal contra las esperanzas de paz de Esquipulas 2", a poco menos de un mes de la reunión de presidentes centroamericanos para evaluar los resultados de ese plan de paz.

Según Erik Ramírez, las soluciones de fuerza sólo fortalecen a las fracciones extremas y desalientan a quienes luchan por una solución política. En Nicaragua, dijo, el paquete de medidas represivas "dará más argumentos a quienes están por la lucha armada y violenta contra el régimen sandinista".

Erik Ramírez se ha entrevistado esta semana con altos funcionarios del Gobierno y del PSOE y espera una reunión con el presidente del Gobierno, Felipe González, para exponerle su preocupación por la crisis.

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