Dinero negro
Con mucho interés leí el artículo de Concha Martín en el suplemento de Negocios del domingo 3 de julio de 1988.Necesito indicar que dicho artículo demuestra una cierta ingenuidad al considerar las estadísticas de la DGTE (Dirección General de Transacciones Exteriores) como fuente fidedigna de cómo son las cosas. La DGTE, como organismo básicamente administrador y no verificador, no puede saber si la inversión que viene a nombre de una compañía fantasma fundada en Liechtenstein es en realidad una inversión de un extranjero o de un español.
Los datos más fiables, en concreto los datos de quién maneja los inmuebles comprados a nombre de compañías extranjeras, de quién toma las decisiones, de quién es el apoderado para las operaciones de banco, de venta, de construcción, nos indican que muchas inversiones a nombre de compañías o fundaciones fundadas en Liechtenstein, Panamá, las islas del canal, las islas Cayman, las Antillas, Canadá, Gibraltar, Filipinas y hasta las islas Fiyi, son inversiones españolas de gente con dinero negro.
Así que todos los comentarios del artículo indicando la legalidad de esta técnica de inversión para eludir impuestos en los países de origen son gratuitos y no vienen al caso.
El caso es que existe un descontrol absoluto en cuanto a la' reinversión de dinero negro por parte de españoles a través de compañías fantasmas extranjeras. Tal vez porque el Gobierno ve con buenos ojos cualquier tipo de inversión, tal vez porque no existe un cuerpo administrativo lo suficientemente astuto como para poder controlar la inventiva con que los empresarios saben liberarse de una parte de la presión fiscal.- Daniel M. Campagne.
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