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La clase de Kraus

Alumnos de canto asistieron en Madrid a una lección magistral del tenor

Andrés Fernández Rubio

Hay cosas que no resuelven los consultorios sentimentales. ¿Qué puede hacer una persona, por ejemplo, si se le entuba la u? Con el fin de resolver este y otros muchos problemas, más de 100 estudiantes y profesores de canto se reunieron el viernes en el Conservatorio de Madrid para escuchar una lección magistral seguida de preguntas. El oráculo al que se dirigieron, Alfredo Kraus, de 60 años, es uno de los mejores cantantes del mundo.

Se ha dicho que los tenores de la edad de Kraus o están retirados o hacen trampas. Por eso la crítica se pasma ante la integridad vocal del intérprete canario, apoyado por su ejemplar y fabulosa técnica. Esto debían tener presente los estudiantes reunidos para escuchar su lección; tras ella preguntaron con una mezcla de inquietud y respeto, por ver si el mito les daba la fórmula del elixir.El primer ingrediente fue agua fría: "En esta carrera son muy pocos los elegidos, y quien no sirva ha de tener el valor de reconocérselo a sí mismo y dejarlo". El alumno, además de "haber nacido", tiene que añadir esfuerzo, inteligencia, y una capacidad de autocrítica en la que Kraus insiste mucho.

Las claves de la técnica del tenor, según explicó, son la "respiración intercostal diafragmática" y la utilización como referencia continua de un sonido ideal: la i. Aquí vino el primer y deslumbrante efecto: Kraus cantó una i, una e, y una a, y estas dos últimas sonaron con la belleza de la primera, aunque todas nítidamente diferenciadas.

El resumen en letras de oro de la lección sería: fiato, apoyo, emisión, y colocación de todas las vocales a la altura de la i. Luego vinieron las preguntas: a uno se le entubaba la u, otro quería saber cómo se abren las costillas al respirar y un tercero si hay que ponerse slips de goma o fajas elásticas para cantar -Kraus abogó por la naturalidad, o sea, ropa interior tradicional-. También se hicieron comentarios aparte, y uno de los oyentes criticó la teoría de la i y dijo: "Los consejos de Kraus son válidos, pero sus apreciaciones a veces no". Otro se puso en trance: "Tiene razón en todo. Yo tenía problenías y desde que sigo su técnica me va mucho mejor".

Escépticos o entusiastas, el caso es que, terminada la clase, el maestro escuchó a cinco alumnos. Uno cantó un fragmento de La Traviata, la ópera que lanzó a Kraus, con Maria Callas, hace 30 años. El tenor le hizo varias indicaciones con una voz de una perfección demoniaca, y el estudiante, cuando las aplicó, empezó a transformarse en la sombra vocal de Fausto. Lástima que esta fuera una lección magistral, y no una lección habitual.

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