_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un caballero en albornoz

Sean Connery llega a la habitación vestido solamente con un albornoz, zapatos y calcetines. Sin embargo, este atuendo, que disminuiría el atractivo de cualquier adonis, no hace mella en el aura que proyecta. Tal vez sea su altura -mide más de 1,80 metros- o la pulcritud de su apariencia, o su actitud de total naturalidad y modales de gentleman.En el fondo, uno tiende a recordar inmediatamente al inigualable y cínico James Bond que este actor creó. En la pantalla y a través de algunos de sus más recientes papeles se puede olvidar su pasado de agente 007; en persona se puede comprobar cuánto de sí puso en el personaje, y no hubiera sorprendido a ninguno de los presentes que en cualquier momento apareciera una atractiva chica en biquini trayéndole una limonada.

Más información
Sean Connery, un padre perenne

Bofetadas

En The presidio hace el papel de un coronel del Ejército norteamericano envuelto en la investigación de un asesinato realizado en su cuartel y que le lleva a compartir la labor con un policía con el que tenía un antiguo conflicto. Su papel como padre de una muchacha que, para su infortunio, vive unapasionado romance con el policía le lleva a sostener una posición incomprensiva y autoritaria con ella.No obstante, Sean Connery, bastante más sensato y menos machista que el 007 y el coronel Caldwell, declaró en una ocasión que no le parecía mal darle una bofetada a una mujer. Una afirmación que le ha causado ya algunos inconvenientes. "En una entrevista que Barbara Walters me hizo en la televisión norteamericana, yo dije una frase que ha sido totalmente sacada de contexto", aclara.

"Se difundió que yo había dicho que era correcto pegarle a las mujeres. Yo afirmé que a veces una bofetada a una mujer -o a un hombre- le hace menos daño que otro tipo de maltratos psicológicos, y eso es algo que sigo pensando".

"Después de la emisión de ese programa hubo un respuesta increíble en Estados Unidos. Al día siguiente iba yo a un rodaje, y de pronto una mujer, en un coche que pasaba al lado, me hizo enérgicos gestos obscenos, mientras dos muchachos -un negro y un mexicano-, a la entrada de mi apartamento, me habían saludado con unos graciosos gestos de aprobación que no comprendí hasta más tarde. No pensé que esas palabras pudieran tener tanta repercusión".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_