El producto químico arrojado por una empresa de Bilbao en Palencia es tóxico
El producto químico vertido a finales de mayo en las cercanías de Aguilar de Campoo, en el norte de Palencia, por la empresa Transportes Bombín, radicada en Bilbao, contiene componentes tóxicos, según revelan los análisis efectuados por el Instituto Nacional de Toxicología a instancias de la Junta de Castilla y León. La rápida retirada de las 360 toneladas arrojadas en la pedanía de Cabria ha evitado la contaminación de la zona y una catástrofe ecológica. Las prospecciones de tierras y aguas realizadas por la Confederación Hidrográfica del Duero han revelado, según Jesús Torre, alcalde de Aguilar, que "no han existido residuos ni filtraciones peligrosas". "La Dirección General de Medio Ambiente", añadió, "ha llamado al ayuntamiento para felicitarnos por la rapidez de las gestiones, que es lo que ha impedido la contaminación".El resultado de los análisis efectuados en laboratorios del Instituto Nacional de Toxicología, situado en Majadahonda (Madrid), indican que el producto vertido es el isómero epsilón de hexaclorocicloexano, que es un producto prohibido. Contiene un 2,25% de isómeros gamma y un 5,30% de isómeros alfa, además de otros no identificados. Según el jefe de servicio de Bienestar Social de la delegación territorial de Palencia, Alberto Ramos, estas partículas gamina son "bastante tóxicas" y las alfa "algo menos". Alberto Ramos aseguró que, dada la cantidad arrojada y la presencia de estos componentes, el producto hubiera contaminado la zona si no llega a ser retirado con premura.
La delegación territorial de la Junta de Castilla y León en Palencia ha remitido el resultado de las investigaciones al juzgado de Aguilar de Campoo, en cuyo conocimiento puso los hechos a primeros de junio por si fueran constitutivos de delito. El ayuntamiento de Aguilar de Campoo también denunció los vertidos en el juzgado y ante la Guardia Civil.
Los hechos que han podido desencadenar una catástrofe ecológica en el norte de Palencia se desarrollaron durante la última semana de mayo, cuando camiones de la empresa vasca Transportes Bombín descargaron a tres kilómetros de Aguilar de Campoo unas 360 toneladas de un producto pestilente. Nadie solicitó permiso al ayuntamiento, aunque sí pidieron autorización verbal al alcalde pedáneo de Cabria, Elidio Gutiérrez, a quien ofrecieron 200.000 pesetas para la junta vecinal a fin de que permitiera los vertidos. El producto arrojado fue fabricado en Luchana (Vizcaya) por Cielmar Española.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.