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Sorprendente diálogo de Gromiko y Casaroli en el Kremlin

Un sorprendente diálogo tuvo lugar ayer en el Kremlin entre el jefe de Estado de la URSS, Andrei Gromiko, y el número dos del Vaticano, el cardenal Agostino Casaroli, en el marco de una recepción concedida a cerca de 300 altos dignatarios de diferentes iglesias cristianas y no cristianas llegados de todos los países para asistir a las ceremonias del milenario de la Iglesia rusa. El viernes, las autoridades de Moscú liberaron al sacerdote ortodoxo Vasili Chepilov, de 60 años, encarcelado durante 36 años en campos de trabajo y clínicas psiquiátricas.

El presidente de la URS S realizó ayer un gesto inhabitual aceptando responder durante más de dos horas a las preguntas de sus invitados y convirtiendo esta recepción -en principio simplemente protocolaria- en uno de los momentos de mayor intensidad de las celebraciones del milenario.Casaroli, que destacó la evolución de la postura del Estado comunista con respecto a la Iglesia, indicó que las celebraciones del milenario, "con la participación de todos los componentes de la realidad soviética, de la sociedad y del Estado, aparecen como un acontecimiento unificador que hubiera sido difícilmente imaginable hace muy poco tiempo".

Casaroli aprovechó la ocasión para preguntar a Gromiko si la ley sobre la libertad de conciencia, actualmente en preparación, será elaborada consultando a las diferentes iglesias soviéticas. "Las iglesias serán informadas y su opinión será tenida en cuenta a lo largo del proceso de elaboración de la ley", respondió el que fuera jefe de la diplomacia soviética durante muchos años, añadiendo, ante el fuerte aplauso de los cardenales, obispos y metropolitanos ortodoxos, que la ley será promulgada en breve.

El viernes, el día anterior a la recepción, fue puesto en libertad en Moscú el sacerdote ortodoxo Vasili Chepilov, encarcelado durante 36 años en campos de trabajo y clínicas psiquiátricas soviéticas. El sacerdote anglicano Dick Rogers, que había realizado una huelga de hambre en su parroquia de Londres para llamar la atención sobre el caso, anunció que Chepilov había sido puesto en libertad en una clínica psiquiátrica de Moscú.

Chepilov, confuso y tembloroso tras su liberación, describió cómo había sido apaleado en incontables ocasiones por sus guardianes cada vez que se santiguaba. Según Dick Rogers, el sacerdote ortodoxo tenía la costumbre de hacer la señal de la cruz cada vez que se sentaba o se levantaba, por lo que, en su opinión, debió ser apaleado miles de veces.

El sacerdote liberado explicó que a resultas de una de esas palizas sufrió una fractura de cráneo, y que en otra ocasión, recientemente, sus guardianes le fracturaron una pierna después de acusarle de querer escapar. Chepilov se presentó ante varios periodistas occidentales en el apartamento de unos disidentes cristianos tras haber permanecido 34 años en el más absoluto aislamiento, hasta el punto de que desconocía totalmente la existencia del líder soviético, Mijail Gorbachov.

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Por otra parte, la policía soviética detuvo ayer a una docena de manifestantes que se habían congregado en la plaza Pushkin de Moscú para pedir la puesta en libertad de la activista Valera Novodvoroskaya, condenada recientemente a una semana de prisión por manifestación ilegal.

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