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POLICIAS EN EL BANQUILLO

El socio de Messía Figueroa acusa a un ex escolta de Felipe González de haber matado al 'Nani'

Luis Miguel Rodríguez Pueyo, compinche en varios delitos del aristócrata huido de la justicia Jaime Messía Figueroa, dio ayer un nuevo giro, en poco menos de una hora de declaración, al juicio por la desaparición del Nani al afirmar que Santiago Corella murió en dependencias policiales tras sufrir una hemorragia interna a causa de las torturas padecidas. Rodríguez Pueyo implicó directamente en la muerte de Corella al inspector José Antonio Bédmar Vallesca, quien pasé, de la brigada de los procesados -la Regional de Policía Judicial de Madrid- a la escolta de Presidencia del Gobierno, y de ésta, a la Delegación del Gobierno en Melilla.

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Rodríguez Pueyo, de 46 años, actualmente preso en Carabanchel acusado de un atraco, dijo que Messía le dio esos datos en el hospital penitenciario de Carabanchel en el verano de 1987 cuando el aristócrata llevaba inás de un mes en huelga de hambre. El testigo, si bien reconoció que la "tendencia a la fabulación es innata en Messía", concedió absoluta veracidad a sus palabras, ya que fueron hechas cuando el aristócrata estaba convenndo de que moriría por su huelga ,de hambre.El declarante aseguró que el Nani, tras ser torturado para que declarase el paradero de un botín de "50 kilos de oro", murió en las dependencias policiales por una hemorragia interna.

Según le comentó Messía a Rodríguez Pueyo, los policías hicieron subir a la brigada al médico de servicio esa noche -Luis Felipe Masía Pérez-, quien dio a Corella varios medicamentos, tras lo que el detenido sufrió un paro cardiaco.

En sus casas

El testigo manifestó que en ese momento no se hallaban en la brigada, sino en sus domicilios los dos principales procesados en la causa -el comisario Francisco Javier Fernández Álvarez y el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo-, y que el interrogatorio a Corella fue dirigido por Bédma

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Vallesca Messía agregó, según el testigo, que los agentes, tras volver a la brigada Fernández y Gutiérrez, le pidieron ayuda para hacer desaparecer el cadáver, a lo que el aristócrata se prestó.

José Antonio Bédrnar Vallesca, de 35 años, ingresó en la policía el 1 de junio de 1975 y ascendió a inspector de segunda en 1978. En la brigada estuvo destinado en el grupo tercero de atracos a joyerías a las órdenes de Adelardo Rafael Martínez García y Francisco Aguilar González. En mayo de 1984 fue destinado a escoltas de Presidencia del Gobierno, donde, según fuentes policiales, se ocupó en particular de la protección de Carmen Romero, la esposa de Felipe González. Cuando el 29 de agosto de 1986 el Gobierno nombró al comisario Manuel Céspedes, entonces responsable de la seguridad de Felipe González, delegado del Gobierno en Melilla, Bédrriar fue elegido responsable de los temas de seguridad de esta delegación, puesto en el que actualmente está destinado.

En aquel mismo mes de 1986 la acusación del caso el Nani pidió el procesamiento de Bédrnar por su implicación en la desaparición de Corella, lo que finalmente negó la Audiencia. Ni Bédmar ni Masía Pérez pudieron ser localizados ayer por este periódico, a pesar de los reiterados intentos hechos en tal sentido.

Pueyo agregó que el aristócrata le dijo que miembros de la brigada y autoridades de Interior conocieron previamente la realización de varios atracos, organizados por los propios policías. El testigo citó, entre ellos, el robo en septiembre de 1980 en una sucursal del Banco de Bilbao en la madríleña Avenida del Mediterráneo. Los dos autores de aquel atraco fueron abatidos a tiros por los agentes.

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