Juicio contra dos sanitarias acusasadas de envevenar con biberones equivocados a seis recien nacidos

La Audiencia Provincial de Valencia comenzó ayer el juicio contra Pilar M. y Amparo B., trabajadoras del hospital Clínico de Valencia acusadas de suministrar por error biberones con suero salino a seis recién nacidos, a causa de lo cual dos de los niños murieron y otros cuatro padecen graves secuelas. El suero salino se receta a algunas madres para provocar la expulsión de un feto muerto. El fiscal y la acusación pillen seis meses de privación de libertad por imprudencia temeraria, más una indemnización conjunta de 15 millones de pesetas para los familiares de los seis niños.

Las defensas admiten que existió un grave error, pero niegan que las autoras del delito sean las procesadas.Los hechos ocurrieron en el servicio de maternidad del Clínico de Valencia el día 29 de junio de 1979. Pilar M., ATS, de 35 años en la actualidad y supervisora del departamento, solicitó 17 frascos de suero con glucosa para la alimentación de los recién nacidos. Según el fiscal, no comprobó si el suministro era el correcto, como debió hacer por razón de su trabajo.

Amparo B., auxiliar de clínica, de 30 años, fue la encargada de repartir los sueros. El líquido con glucosa y el salino -que contiene cloruro sódico- tenían el "sino envase y color, y podían ser distinguidos leyendo las etiquetas, que estaban escritas a mano.

Dos días más tarde se descubrió el error y los niños fueron atendidos de urgencia, aunque dos murieron a las pocas horas. Nadie duda de que la muerte de uno de los recién nacidos, Mariano Coy, se debió a la ingestión del cloruro sódico. La otra víctima mortal, Eduardo Bolos, se debió a la misma causa, según la acusación y el fiscal, pero extrañamente no se le practicó la autopsia y su historia clínica ha sido extraviada, según los forenses que le practicaron la autopsia.

Según un médico forense, uno de los niños afectados que sobrevivió comenzó a andar a los dos años y a hablar a los tres. Otro, que ahora tiene ocho años, aún no ha aprendido a leer y escribir. Hasta que cumplan los 16 años, según los forenses, no podrá conocerse el alcance de las lesiones, ya que aún están en desarrollo.

Sueros alimenticios

Personas que intervienen en el juicio, que continuará hoy muy probablemente, no descartan la posibilidad de pedir nuevos procesamientos de otras personas que trabajaban en el departamento de maternidad del hospital. Uno de los médicos que intervino como testigo aseguró que el procedimiento para suministrar los sueros alimenticios de los niños es el mismo en la actualidad que el empleado cuando ocurrieron los hechos. Otro afirmó no recordar que el padre de uno de los fallecidos intentó agredirlo cuando le comunicó la noticia.El acusador particular, que defiende los intereses de los familiares de las víctimas, insinuó que pudo haber un acuerdo entre los médicos para ocultar los motivos reales de las muertes y lesiones. El tribunal ha citado como testigos a 35 personas, entre las que se encuentran los padres afectados.

La estrategia de las defensas consiste en admitir los hechos, pero demostrar que las procesadas no fueron las responsables de lo ocurrido. Estos abogados afirman que las procesadas trabajaron el día 29, pero no los siguientes, con lo que pudieron ser otras personas las que sumistraron el suero.