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"No debieron cambiar mis toros", dice Oliva

Emilio Oliva decía encontrarse alegre y triste a la vez tras su actuación de ayer. Alegre porque creía haber dado la cara. Triste por el cambio de sus dos toros: «El presidente no debió hacerlo pues la petición no era mayoritaria y me privó de lidiar dos toros con clase en una misma corrida. ¡Vamos, un milagro!".

Manifestaba que había sabido sobreponerse a las dificultades: «Entre el presidente, el aire y el peligro sordo de los sobreros casi me amargan la tarde". Pero le consolaban los aplausos del público: «Ha sabido entender todo".

José Antonio Campuzano coincidía en el peligro de una corrida sin clase, aunque no sabía si todos los espectadores supieron verlo. "Los toros de Benítez Cubero, que ya me defraudaron en Sevilla", señalaba, "también lo han hecho hoy. Los voy a tachar de la lista de mis favoritos". Campuzano también se quejaba del aire, "un vendaval", según sus palabras, y añadía que no se pudo hacer más.

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Cuando al toro no le pica el cuerno

Entre la multitud anónima de los tendidos se esconden muchos aficionados extranjeros que nos visitan en estos días. Unos han venido de países cercanos, como es el caso del italiano Elio Garberi, presidente del Club Taurino de Milano, entidad que cuenta con sus propios locales decorados con los colores de la bandera española y una revista, El Coso, que va ya por los 200 números. Garben se había aburrido ayer: "Es lo peor que puede ocurrir en un festejo. Claro que más me aburro cuando regreso a Milán y me invade el síndrome de abstinencia taurina".

Es el mismo síndrome que ahora se cura Richard Frontain, llegado desde su lejana Tucson, Arizona (EEUU), y que lleva publicados 10 libros sobre toros, la mayoría en inglés. Tucson se llevaría a su país, en algunos de cuyos estados se celebran simulacros de corridas no sangrientas, a Ruiz Miguel, Ojeda, Robles y Ortega Cano.

El Campeño no reacciona

El estado de El Campeño sigue sin variaciones dentro de la extrema gravedad. Permanece arreactivo, tras haber transcurrido 60 horas intentando sacarle del coma, según señala el último parte médico facilitado ayer por el hospital Primero de Octubre, en cuya unidad de reanimación continúa ingresado. El lunes se le hará un nuevo electroencefalograma. Si da plano, como los anteriores, significaría su definitiva muerte cerebral.

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