_
_
_
_
CANCIÓN

El sosiego del guerrero

Raimon tiene en Madrid muchos incondicionales, y sin embargo sólo ha cantado aquí siete veces a lo largo de 25 años de profesión. Quizá la razón profunda de estas demoras esté descrita en una de sus canciones: "Yo vengo de un silencio antiguo y muy largo". Da la impresión de que se le está haciendo pagar el peaje de la democracia, como él mismo reconocía ante unos amigos hace dos días. Lo cierto es que en el teatro Español, de Madrid, se respiraba el ambiente de los grandes acontecimientos. Lleno a rebosar, por tanto, nubes de fotógrafos y abundancia de caras famosas. Cuando el cantante apareció en el escenario fue recibido por una gran ovación, y la ovación no cesó a lo largo del concierto.Fue un concierto vibrante y sosegado, sin concesiones a la nostalgia ni a la demagogia. A lo largo de casi dos horas hizo un recorrido por todo su repertorio, pero insistiendo más en el presente que en el pasado. Y el presente de Raimon es bastante indicativo. Eso sí, sin renunciar para nada al pretérito pluscuamperfecto.

Raimon

Recital de Raimon: Lluís Roselló, piano; Ramón Escalé, teclados; Miquel Blasco, guitarras; Ferrán Ubedo, contrabajo; Ezequiel Guillem, percusión y batería. Teatro Español. Madrid, 27 de mayo.

Al final y al cabo, nadie ha conseguido que se desdiga de lo que ha dicho. Sus nuevos temas están envueltos en brisas mediterráneas, y en algunos momentos nos parecía estar escuchando a un baladista napolitano. La fascinación por lo italiano es cada vez más patente en sus canciones. Uno de sus últimos temas, Del blanc i del blau, podía haberlo cantado perfectamente Doménico Modugno.

Va acompañado por cinco músicos y muy pocas veces coge la guitarra, quizá consciente de que él no es un virtuoso del instrumento. Sin embargo, cuando tocó Al vent como en los viejos tiempos, todos nos percatamos de que allí estaba el Raimon de siempre, con su flequillo montaraz y su aire adolescente. Está de voz como nunca. A este hombre le ha hecho libre la vida, y aunque "han pasado 20 años de tiempo vivido a contrapelo y de rebote", ahí está él erguido e indomable.

El ambiente de la sala era de contenida emoción. Muchos corearon el Diguem no, al tiempo que miraban hacia el ministro Narcís Serra, que encajó la referencia con beatífica sonrisa. Sólo se le ocurrió encender el mechero a una señora despistada y ajena al sonrojo. El resto del público recalcaba con sus aplausos los momentos más significativos, los momentos más reivindicativos.

Izquierda descontenta

Cuando Raimon cantó aquello de que "el miedo ha hecho callar a muchos hombres llenos de razón", el teatro vibró. Porque Raimon sigue siendo, aunque con ritmo italiano, el punto de referencia de una izquierda descontenta con lo que hay.Muchos deseaban que el cantante interpretase más temas conocidos. Pero los artistas suelen preferir mostrar lo último. Sin embargo, el público tiene razón también, porque son muy pocas las veces que se puede escuchar en directo a un artista. Es una pena que se hayan quedado arrinconadas canciones tan bellas como La pedra, Trevallaré el teu cós, Som les mans, Si un dia vols. Estos temas y otros muchos siguen teniendo vigencia, y el cantarlos no constituye ninguna concesión a la galería.

El sonido del concierto fue perfecto y los arreglos musicales quizá pecaron de preciosismo en algunos temas en los que daba la impresión de estar escuchando a un cantante melódico. Claro que este efecto seguramente está hecho a posta. No queda mal la voz agreste de Raimon envuelta en tarantelas.

"Hasta la próxima, que espero que no sea dentro de cinco años", dijo Raimon al despedirse. ¿Por qué tiene Raimon siempre tantas dificultades para actuar en Madrid? ¿Por qué hay tantos silencios a su alrededor? ¿Por qué suenan tan poco sus discos en las emisoras? ¿Por qué se le omite con tanto entusiasmo en la televisión? ¿Por qué se le teme a Raimon? La respuesta está en el viento.

Acaso es que Raimon sigue diciendo no, pese a quien pese. Lo cierto es que aquí tiene un público fiel, a pesar del silencio. No le temáis, que, aunque es un guerrero, en este momento está sosegado.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_