Sorpresa en Budapest por la contundencia del relevo del máximo dirigente, Janos Kadar
La revuelta palaciega en Budapest que acabó con la era del máximo dirigente, Janos Kadar, y con toda su generación política ha causado sorpresa por la contundencia con que se produjo el relevo y un notable alivio entre la población, que considera vencido el principal obstáculo hacia un profundo cambio de toda la vida política y económica en el país. Los cambios superaron todas las expectativas. El jefe del Estado, Karoly Nemeth ya no está siquiera en el Comité Central, como tampoco Ferenc Havasi, el jefe del partido en Budapest, que en este cargo parece tener también los días contados.
ENVIADO ESPECIAL Ayer se reunió el nuevo secretariado del Comité Central bajo la dirección de Karoly Grosz. Éste anunció medidas de austeridad para hacer frente al déficit presupuestario y la rampante deuda exterior, que supera los 10.000 millones de dólares. Pese a las medidas anunciadas y a las enormes dificultades económicas a que se enfrenta el país, la Conferencia Nacional del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH) parece haber provocado un vuelco en el ánimo público. Tras años de estancamiento y malas noticias, los húngaros vuelven a tener perspectivas de cambios profundos a mejor.Una gran incógnita es aún la reacción de los demás países socialistas, para los que las conclusiones de la conferencia húngara son un claro desafío. Las noticias sobre los cambios húngaros que irán extendiendose entre las poblaciones de los países vecinos aumentarán las expectativas de las respectivas poblaciones de alcanzar mayores cotas de libertad política y económica. En algunos países podrían engendrar tensiones y en Rumanía, donde no se vislumbra el mínimo cambio en el comunismo despótico de guerra del presidente Nicolae Ceaucescu, inducirá a mas ciudadanos a huir a Hungría como "tierra prometida".
Expectación
En Hungría existe la certeza de que con la conferencia nacional que concluyó con el relevo de Kadar por Karoly Grosz en la secretaria general del partido el socialismo entra en una nueva tapa. Se esperan con expectación las reacciones de los otros países socialistas en algunos de los cuales, las respectivas direcciones de los partidos comunistas habrán registrado con alarma los cambios en Budapest.Gorbachov envió los tradicionales telegramas de felicitación a Grosz y a Kadar, a este último por su nombramiento para el cargo de presidente del partido, que es meramente honorífico y le hace perder toda influencia en la vida política del país. En países como la República Democrática Alemana (RDA), donde el régimen se resiste firmemente a cambios en las estructuras de poder, la primera reacción fue esperadamente más que fría. La televisión sólo emitió minuto y medio de información sobre la conferencia húngara, sobre cuya relevancia para toda la comunidad socialista no caben dudas tampoco en Berlín Este.
El régimen polaco es, con el de la Unión Soviética, que el mes que viene celebrará su propia conferencia nacional, el país que con mayor satisfacción ha podido registrar la decisión del partido comunista húngaro de despojarse de parcelas de poder en beneficio del Estado, aceptar el pluralismo de intereses como moto de dinamismo y cambio y anunciar el desmantelamiento de las estructuras clásicas del socialismo real heredadas del estalinismo.
La respuesta de Janos Berecz, miembro del buró político y secretario del Comité Central a la pregunta de un periodista soviético sobre los efectos de los cambios es característica. El periodista preguntó si "con las reformas los ricos van a ser cada vez más ricos en Hungria". Berecz respondió que "con la libertad económica algunos se enriquecen más y otros menos".
El documento aprobado por la conferencia es una clara con dena a las estructuras económicas y las instituciones políticas existentes en Hungría hasta ahora.
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