_
_
_
_
_

El Reino Unido, la RFA e Italia acuerdan desarrollar el avión de combate europeo

Carlos Yárnoz

Los ministros de Defensa del Reino Unido, República Federal de Alemania (RFA) e Italia suscribieron ayer en Bonn el documento por el que se comprometen a materializar la fase de desarrollo del Avión de Combate Europeo (European Figther Aircraft, EFA), en la que invertirán un billón 200.000 millones de pesetas. España, cuarto país integrado en el proyecto, no suscribió el documento, a la espera de que las industrias nacionales mejoren sus posibilidades de participación y su capacidad de obtener mayores compensaciones tecnológicas, según indicaron fuentes gubernamentales españolas.

Los países firmantes del documento suscribieron el denominado MOU (Memorandum of Understanding), lo que ha supuesto un paso prácticamente definitivo en la voluntad de esas naciones de desarrollar su propio avión de combate, proyecto que, desde los aspectos tecnológico y de costes, es el más ambicioso emprendido en Europa.

Presiones de EE UU

Frente a esa intención europea, el Gobierno de Estados Unidos ha ejercido en los últimos meses fuertes presiones para que algunos países afectados adquirieran en el futuro versiones más avanzados de los cazabombarderos americanos F-16 (el Agile Falcon) o del F-18 (el Hornet 2000), cuyo coste por unidad resultaría más bajo que el de los EFA.Esas presiones han sido ejercidas especialmente sobre la RFA, cuyo ministro de Defensa, Manfred Woerner, ha defendido con firmeza la opción europea. Woerner dejará el departamento en breve, porque ocupará la Secretaría General de la OTAN. Su próxima marcha del ministerio ha sido, según algunos observadores, la principal razón por la que ha sido adelantada la fecha para firmar el MOU. En el Ministerio español de Defensa se recibió el pasado día 13 una carta de Woerner anunciando que la firma se realizaría ayer, cuando estaba prevista para unas semanas después.

Este hecho originó que el Gobierno español meditase su decisión de firmar, ya que varias de las empresas nacionales aún no habían ultimado o perfeccionado sus posibilidades y capacidades de participar en esa fase de desarrollo, en la que España deberá invertir el 13% de la cantidad citada. Ayer, un portavoz español de Defensa indicó que la industria española está "en menor grado de desarrollo" que las de los tres países firmantes, por lo que, hasta ahora, ha estado "supeditada" en este proyecto.

Por eso, el propio titular de Defensa, Narcís Serra, ha comunicado por escrito a Woerner que España estará preparada "en breve" para suscribir el acuerdo. La decisión española, según Defensa, no implicará retrasos en el programa.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La fase de desarrollo del EFA que ahora se inicia ha estado precedida de las fases de viabilidad y definición. La de desarrollo se prolongará hasta 1998, pero la producción de los aparatos comenzará unos años antes. A los costes de la fase de desarrollo habrá que añadir después los de producción y adquisición. Se estima que cada avión superará ampliamente los 35 millones de dólares (un F-18 cuesta hoy alrededor de 24 millones de dólares) El EFA contendrá las más avanzadas tecnologías, incluidas las que ahora se investigan para conseguir que los cazas no sean detectados por radar.

España tiene previsto participar en el proyecto -en el que ya ha invertido unos 5.000 millones de pesetas- con el 13% de su presupuesto total, y en el futuro adquirirá un centenar de estos aparatos. Las firmas españolas Construcciones Aeronáuticas SA (CASA) y Turboprop participan, respectivamente, en los consorcios Eurofigther y Eurojet, que se dedicarán al desarrollo del sistema integrado y del motor. Trescientos ingenieros de CASA, -empresa que dirigirá el grupo de estructuras- trabajan en el proyecto, pero la cifra llegará a 500 en años próximos. En el apartado del programa dedicado a equipos y electrónica participan 30 firmas españolas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_