Dos ATS se acusan de una transfusión que causó la muerte de un paciente
La fiscalía de Valencia solicitó ayer cuatro años y dos meses de prisión para cada uno de los dos Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS) acusados de provocar la muerte de un paciente al que transfundieron sangre de un grupo diferente al suyo. Los hechos ocurrieron en la residencia sanitaria La Fe, de Valencia, en 1983.La defensa pide la absolución al considerar que el enfermo murió porque se encontraba en un estado de máxima gravedad, sin que influyera en el fallecimiento la errónea transfusión.
Durante la vista oral, celebrada ayer en la Audiencia de Valencia, cada ATS acusó al otro de haber sido el causante del error. El paciente, Gerardo G., de 73, años se encontraba en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) junto con otro enfermo, que era el destinatario de la transfusión.
Gerardo G. que murió a los cuatro días, tenía sangre del tipo 0 o universal, mientras que su compañero de habitación poseía el grupo A. Gerardo recibió 350 centímetros cúbicos del grupo A.
Uno de los ATS procesados, Javier R. era el encargado de subir la bolsa de sangre desde el banco del hospital y efectuar la transfusión. Sin embargo, según su versión, al estar las venas del enfermo ocupadas con goteros le dijo a la ATS que se encontraba en esa sala, Milagros LI., que le aplicara ella la transfusión cuando pudiera retirarle algún gotero. Por su parte, Milagros LI. aseguró que Javier R. le pidió que fuera ella quien efectuara la tranfusión "porque tenía prisa".
La bolsa de sangre tenía el nombre del enfermo destinatario. El encargado de subirla desde el banco y practicar la transfusión no retipó (en jerga sanitaria), como era obligatorio.
Esta operación es un último comprobante de la compatibilidad para evitar rechazos. Cuando ya estaba toda la sangre trasfundida Milagros LI. advirtió el error. Llamó al médico de guardia y se procedió a un cambio total de la sangre del paciente.
Agresión inicial
La víctima había sido ingresada en el hospital tras recibir un fuerte golpe en la cabeza que le propinó Eulalio C., quien está procesado por un delito de lesiones. El fiscal y la acusación particular consideran los hechos cometidos por los dos ATS como un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte.Los médicos que actuaron como peritos señalaron que no podían afirmar rotundamente que la muerte se produjo a con secuencia del error.
Sin embargo, uno de ellos dijo: "Podemos decir que se agravó lo que ya era muy grave". El forense que practicó la autopsia afirmó que jamás se había en contrado con un caso similar.
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