El Papa advierte ante la clase dirigente boliviana contra "la fuga de capitales"

, Juan Pablo II llegó anoche a Santa Cruz, ciudad intelectual y comercial y centro ferroviario que une Bolivia con Argentina y Brasil. Su primer encuentro fue precisamente con la clase intelectual y dirigente del país, a la que puso en guardia contra la "fuga de cerebros y capitales", que podría empobrecer el país. En Cochabamba, por primera vez en su viaje, el Papa abordó la cuestión de la droga en una advertencia a los jóvenes, si bien no tocó el espinoso asunto de la producción de coca, y se espera que lo haga en Santa Cruz antes de abandonar Bolivia.

En la mañana de ayer, el Papa dejó la preciosa ciudad de Cochabamba, donde la distracción de un policía que había dejado olvidada una bolsa con armas en la iglesia de San Francisco, en cuyo convento se hospedaba el Papa, creó un momento de pánico que puso por unas horas en jaque a policía y autoridades.Antes de llegar a Santa Cruz, que será la última etapa de su gira boliviana, Juan Pablo II se detuvo en Sucre, llamada la ciudad de los cuatro nombres, situada a 2.790 metros de altitud en el triángulo montañoso entre la cordillera Real y la de Cocha bamba. En la antigua Ciudad de la Plata, como la bautizó en 1538 Pedro Ansúrez, lugarteniente de Pizarro, empezó la evangelización de Bolivia.

Juan Pablo II no ha abordado hasta el momento el delicado tema de la coca, planta de la que Bolivia es la mayor productora del mundo, una cuestión que fue objeto de debate en el avión entre el Papa y los periodistas norteamericanos, y se piensa que este asunto va a tratarlo aquí en Santa Cruz cuando esté ya a punto de irse de Bolivia.

Una bofetada a los campesinos

Filamón Escoba, responsable cultural de la Central Obrera Boliviana (COB), que aglutina todas las organizaciones sindicales del país, considera que la dificultad a que se enfrenta Pablo II para abordar dicho tema aquí en Bolivia es que "si condena la producción de coca será una bofetada a los campesinos indios de Bolivia".

Escoba fue quien organizó la reciente huelga de hambre de 10.000 trabajadores, entre ellos los productores de coca, para protestar contra la política económica del Gobierno. En su rostro se advertía aún la huella de los 12 días de huelga de hambre, aplazada durante la visita de Juan Pablo II.

"La visita del Papa", dijo el líder sindical, "puede ser positiva, porque al fin y al cabo habla contra la injusticia y defiende a los pobres. Y eso ya no es poco". Aunque añade: "La impresión de nosotros, los indios, es que al Papa le será muy difícil, a pesar de todo, entender a este país. De hecho, en sus discursos, desde que ha llegado, ha hablado sólo como un occidental a este proletariado que en su mayoría es indígena. El indio campesino, cuando va a la fábrica, sigue siendo antes que nada indio, y cuando deja la fábrica vuelve contento al campo. Y a este proletariado indio que ama a sus hijos, que si puede tener 10 no se contenta con seis, no hace más que hablarle contra el aborto, que es algo que desconoce".

El indio quechua o aymara, según el líder sindical, no quiere "compasión" ni tampoco "paternalismo". Lo que quiere es que se le reconozca, dijo, su derecho a la autonomía, a ser nación, a vivir según las costumbres y los valores de sus antepasados. Y en este contexto, explicó, no se puede olvidar que la coca es el símbolo de su identidad. Es algo ritual que no se les puede quitar sin destruir su alma más profunda. Para los indios, empezar por la mañana con el símbolo de la coca antes del trabajo es como el persignarse para un cristiano fervoroso. O, si se quiere en clave más laica, es como quitarles de golpe los espaguetis a los italianos.

Detenciones en Paraguay

[En Asunción, entretanto, ciudad que el Papa visitará dentro de tres días, la policía reprimió una manifestación contraria al régimen del general Alfredo Stroessner en Arroyito, 580 kilómetros al norte de Asunción y detuvo al líder opositor, Domingo Laíno, según la esposa de éste, Rafaela, informa Reuter.

En Sucre, el portavoz del Vaticano Joaquín Navarro Valls, expresó su "sorpresa" por la "decisión sin precedentes" del Gobierno paraguayo de suspender un encuentro entre el Papa y un grupo de dirigentes opositores -Laíno incluído-, que debía tener lugar en Asunción.]