Juan Pablo II comienza hoy la novena gira por América Latina de su pontificado

El papa Juan Pablo II inicia hoy por la mañana su 37º viaje internacional y su novena visita a Latinoamérica, en la que recorrerá, hasta el próximo 19, Uruguay, Bolivia, Perú y Paraguay. En dos de estos países -Uruguay y Perú- ya había estado, mientras que será su primer encuentro con Bolivia y Paraguay, que están considerados como los puntos más difíciles de esta nueva gira apostólica de Karol Wojtyla. Hace sólo unos días, en el aeropuerto de IA Paz, en una pintada aparecía una macabra profecía: "El Papa morirá en Bolivia". Allí, Juan Pablo Il tendrá que abordar el delicado tema del tráfico internacional de drogas.

En Paraguay, el papa Wojtyla llega en medio de un clima de alta tensión entre la Iglesia y el Estado que dirige el general Alfredo Stroessner desde hace casi 34 años. El ministro Carlos Ortiz Ramírez ha declarado: "la Iglesia está persiguiendo al Estado", mientras el episcopado ha denunciado públicamente la prohibición que se le ha hecho al Papa de visitar la zona de Concepción, la más pobre del país, bajo la excusa, según los obispos falsa, de que allí no podría aterrizar el avión pontificio por motivos de seguridad.

Advertencia de los obispos

Los obispos han puesto también en guardia acerca de las posibles instrumentalizaciones que de la visita del Papa. podría hacer el presidente paraguayo, general Alfredo Stroessner, el más antiguo dictador del continente.En el Vaticano se asegura que esta vez el Papa no repetirá algunos de los errores de su visita a Chile, durante su encuentro con el dictador Augusto Pinochet, que tanto dañó entonces a su imagen.

Por otra parte, esta vez Juan Pablo II vuelve a América Latina -donde tras este viaje le quedará sólo por visitar Cuba y Guayana- con la aureola de su última encíclica, de sabor progresista, la Sollicitudo rei socialis que ha tenido buena prensa hasta en la Unión Soviética, por su apertura social a los problemas del gran mundo de la miseria y su condena del capitalismo más duro y viejo, como el que reina aún en tantos puntos claves de América Latina. Éste es un continente con mayoría católica aplastante.

También este viaje internacional del Papa será una prueba para su salud, ya que en pocos días hará un recorrido auténticamente maratoniano: Montevideo, a donde llegará esta noche a las once (hora peninsular española), Meio, Florida y Salto. De allí saltará a los 4.200 metros de altura del aeropuerto de La Paz, en Bolivia, y a continuación irá a Cochabamba, Oruro, Sucre, Santa Cruz, Tarija y Trinidad.

De Santa Cruz viajará a Lima, en Perú, y de allí a Asunción, en Paraguay, donde visitará asimismo Villarica, Estigarribia, Encarnación y Caacupé. Desde Asunción, donde celebrará sus 68 años, el Papa regresará a Roma.

El complejo itinerario de este viaje se ha debido, según ha informado el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls, al hecho de que Juan Pablo II quería estar en Lima el día 15, para participar en las celebraciones del V Congreso Eucarístico y Mariano de los países bolivarianos. Además tenla que escoger para la llegada y la salida de América Latina un país y una ciudad donde pudiera aterrizar y despegar el avión papal para poder hacer ambos viajes, desde Roma y hacia Roma, sin realizar escalas intermedias entre los dos continentes.

Problema de la altitud

Este noveno viaje a América Latina se encuadra en la voluntad de Juan Pablo II de dar una importancia especial a ese continente que en el año 2000 contará con el mayor número de católicos del mundo y para asistir a los preparativos del V Centenario del Descubrimiento de América, como había afirmado ya Juan Pablo II en Santo Domingo, donde anunció que deseaba con tal ocasión dar paso a "una evangelización del continente" por parte de la Iglesia católica.Los médicos insisten en que no habrá problemas de salud para el papa Wojtyla a causa de la altitud, porque es un hombre acostumbrado a la alta montaña. Sin embargo, hay quien le ha aconsejado que al llegar al aeropuerto de la Paz no se agache para besar el suelo con el fin de evitar un eventual marco al incorporarse.

Pero todos están seguros de que el Papa no obedecerá al consejo porque, dicen, "no puede privar del beso a la tierra boliviana sólo por miedo a un mareo".