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Un nuevo capítulo para los 'espaldas mojadas"

El final del plazo de la amnistía concedida por EE, UU hará difícil el ingreso ilegal de emigrantes

Antonio Caño

Cruzar hace una semana ilegalmente el río Bravo para pasar desde Ciudad Juárez (México) hasta El Paso (Estados Unidos) era sencillo, barato y sin apenas riesgo. A partir de que a las doce de la noche del miércoles pasado concluyese el plazo dado por el Gobierno norteamericano para que los trabajadores indocumentados que viven en EE UU se acojan a una amnistía que legalice su actividad, la situación puede cambiar radicalmente.

Por el momento, México está a la expectativa de lo que puede ocurrir si las autoridades norteamericanas deciden la deportación de algunos millones de mexicanos que, a partir de ahora, se ven afectados por las leyes restrictivas de la emigración. Preocupan también las consecuencias que puede tener una impermeabilización efectiva de la frontera, que sirve de vía de escape para miles de desempleados diariamente.Al finalizar el plazo marcado por EE UU, sólo se habían acogido a la amnistía alrededor de dos millones de trabajadores ilegales, según informaciones norteamericanas. Aquí se calcula que más de cinco millones de indocumentados, en su gran mayoría mexicanos, han rechazado la oferta de las autoridades migratorias, movidos fundamentalmente por la desconfianza en la ley Simpson Rodino, al amparo de la cual se concedió la medida de gracia.

Todavía podrán acogerse a esa ley; en Ios, próximos meses, los trabajadores agrícolas, los indocumentados con hijos nacidos en Estados Unidos y aquellos que vivan. en el país vecino desde antes de 1972, pero el grueso de los trabajadores mexicanos está ya desde ayer fuera de la ley. El paso siguiente sería la deportación de todos aquellos que no han solicitado la amnistía, aunque las autoridades norteamericanas han asegurado que, pese a que se cumplirá con el programa sobre emigración, no habrá deportaciones en masa.

En México se cree o se confía en que Estados Unidos no llegue hasta el límite en la aplicación de las nuevas medidas. La economía mexicana, enormemente debilitada por cinco años de crisis, sería incapaz de absorber a los millones de trabajadores que llegarían al país si las redadas de indocumentados fueran masivas. Las autoridades de este país dicen contar con la tranquilidad de que los empresarios norteamericanos no pueden prescindir de la barata mano de obra ilegal mexicana, por mucho que digan las leyes.

Lejos de decrecer, la demanda de mano de obra ha aumentado en los últimos meses. El paso ilegal de los 2.500 kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos ha conocido en el último año un aumento del 30%. Ya no se trata sólo de campesinos u obreros sin cualificación; ahora cruzan también profesionales, técnicos y hasta universitarios. Ha crecido asimismo de forma muy significativa la emigración de mujeres, destinadas fundamentalmente al trabajo de empleadas de hogar.

Tipos de indocumentados

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Además de los que cruzan la frontera ilegalmente con intención de permanecer en Estados Unidos existen otros tres tipos de indocumentados, de espaldas mojadas, como se les conoce por el chapuzón que a veces exige el paso del río:- aquellos que pasan diariamente para un trabajo específico; los que cruzan una vez por semana, generalmente para trabajos domésticos, y los campesinos que cruzan durante la época de la cosecha todos los años.Para entrar ilegalmente en Estados Unidos basta con merodear durante unos minutos por las orillas del río apenas a unos metros del centro de Ciudad Juárez, por ejemplo. En seguida se acercará alguien con cualquier excusa para iniciar una conversación sobre adónde y cuándo quieres cruzar. El paso en lancha de los cuatro metros de anchura del río cuesta alrededor de un dólar. Si se prefiere que un taxi te esté esperando en la otra orilla habrá que pagar 25 dólares a un contacto que se encuentra en 10 minutos de pesquisas. Ya para ser llevado tierra adentro con garantías se hacen necesarios cerca de 800 dólares. Si se quieren conseguir documentos falsificados, la cantidad puede ascender en función de las condiciones de seguridad en cada momento.

Durante el día, algunas lanchas del Border Patrol norteamericano (la temida migra) realizan alguna vigilancia en el río. Durante la noche hacen discretamente la vista gorda para permitir a los empresarios estadounidenses aprovisionarse de mano de obra. A veces, los propios empresarios envían autobuses a. la ribera del río para recoger a su dotación de trabajadores ilegales.

El Gobierno mexicano y las organizaciones hispanas de Estados Unidas están también preocupados por la forma en que la ley pueda ser aplicada. Dado el hecho de que la amnistía ha sido concedida de forma individual, existen casos de familias en las que algunos de sus miembros tienen derecho a permanecer en Estados Unidos, mientras que otros no.

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