El ocaso de Janos Kadar

Janos Kadar llegó hace unos años a tener tal prestigio en su país que pocos dudan que hubiera logrado una, mayoría absoluta en unas elecciones generales libres. El dirigente impuesto por Moscú tras la invasión soviética en 1956 se había ganado el aprecio de sus compatriotas con su política reformista, conciliadora y relativamente liberal. Hoy, la mayoría de los húngaros, dentro y fuera del partido, están desengañados, consideran que el anciano Kadar, de 77 años, no está a la altura de las circunstancias, muy graves en el terreno económico, y piden abiertamente su retirada de la vida pública.

En los últimos días, a un mes de inaugurarse la conferencia del Partido Socialista Obrero de Hungria (PSOH), la primera desde 1957, se han multiplicado las voces que piden cambios radicales hacia el pluralismo político, un replanteamiento del papel del partido en la sociedad y el relevo de la vieja guardia, con Kadar a su cabeza.El viejo dirigente, que en su día estuvo en la vanguardia del reformismo en el este de Europa, se ha visto superado por nuevas generaciones de cuadros comunistas dispuestas a aprovechar la situación creada por la nueva política soviética para dar un salto cualitativo en la reforma del socialismo real.

Por su edad o por condicionantes ideológicos, Kadar no parece dispuesto a cambios tan profundos. Él, que hace años quería retirarse lo antes posible, se aferra ahora al cargo y bloquea las reformas. El comité central ha presentado a la conferencia del partido un borrador sobre las reformas que ha recibido durísimas críticas en organizaciones locales del partido, sobre todo en Budapest.

Estos ataques al documento calificado de "tímido, ambiguo e insuficiente", van dirigidos a Kadar y a su entorno político, que logró imponerse en la redacción del mismo. "Aquellos que nos han puesto en la situación en que nos hallarnos deben extraer sus consecuencias", señaló un funcionario del partido en la televisión. El documento ha desilusionado a una población que espera con ansiedad una conferencia que represente una clara ruptura con el pasado, la retirada del partido de tareas económicas y administrativas y la legalización de "nuevos centros de decisión", grupos de intereses con posiciones políticas divergentes.

No obstante, el documento mantiene la línea tradicional de Kadar de fomentar las reformas económicas sin permitir el salto cualitativo al pluralismo político y garantías legales para las libertades. Amplios sectores del partido y de la sociedad húngara mantienen, sin embargo, que el sistema ha llegado a, una situación en la que, sin profundos cambios políticos, las reformas económicas pendientes o son inviables o carecen de sentido.

Grosz, candidato

En poco más de un año en la jefatura del Gobierno, Karoly Grosz se ha deshecho de la. imagen de ortodoxo que se le había adjudicado siendo jefe del partido en la capital. Es, junto al secretario del comite central y responsable ideológico del partido, Janos Berecz, el principal candidato para suceder a Kadar en la jefatura del partido. Sin embargo, Berecz, partidario de una línea más ortodoxa que Grosz, parece considerar que aún no ha llegado su momento y, según fuentes políticas ¡de Budapest, apuesta por la supervivencia de Kadar hasta disponer él de las fuerzas necesarias para ganar a Grosz la secretaría general del partido.