El tratado para reducir las armas estratégicas no estará listo para la la 'cumbre' Reagan-Gorbachov
PILAR BONET La Unión Soviética y Estados Unidos asumen sin dramatismo que la próxima cumbre entre el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijail Gorbachov, no culmine con la firma de un tratado de reducción del 50% de los arsenales estratégicos respectivos, después de las jornadas de trabajo mantenidas en Moscú por el secretario de Estado, norteamericano, George Shultz.
Mijail Gorbachov manifestó, sin embargo, su insatisfacción ante el último discurso pronunciado por el presidente Reagan y acusó a Washington de tratar de "sermonearnos y darnos instrucciones sobre cómo debemos comportamos", según manifestó la agencia soviética Tass en una información sobre el encuentro de tres horas que ayer mantuvieron ayer Gorbachov y Shultz.Gorbachov dijo que las relaciones soviético-norteamericanas necesitan de una perestroika radical. "No quisiéramos pensar", afirmó, "que hemos exagerado al valorar positivamente el desarrollo de las relaciones soviético-norteamericanas en los últimos tiempos". El líder soviético reprochó a EE UU el intensificar sus "demostraciones de fuerza en relación a Nicaragua, Panamá y el golfo Pérsico" y el adoptar una postura de "confrontación" e "injerencia" en los asuntos soviéticos en temas de derechos humanos.
Gorbachov no vinculó el éxito de, la cumbre a la firma del tratado sobre armas estratégicas, pero se pronunció por "completar la preparación de los documentos posibles para la visita de Reagan a Moscú".
Ninguna esperanza
En sendas conferencias de prensa, celebradas ayer al término de día y medio de conversaciones, Shultz y el ministro de Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, insistieron en considerar que la cumbre es un acontecimiento importante, aunque no aportaron ninguna esperanza de que pueda firmarse en ella el acuerdo estratégico.
Para Shultz, la cumbre tendrá contenido gracias al progreso en otros aspectos del control de armamentos y en el ámbito de los derechos humanos. El logro de un tratado sobre armas estratégicas, sin erribargo, "se hace más difícil a medida que el tiempo avanza". "No obstante, creo que es importante mantener un esfuerzo intenso, y continuaremos haciéndolo", dijo Shultz refiriéndose a este documento.
Nuevas ideas
Shevardnadze, que aludió a tratado sobre armas estratégicas en vinculación con la observancia del tratado ABM (sobre defensas contra misiles balístícos de 1972), manifestó que la URSS y EE UU no han encontrado "por el momento la clave de la solución de los problemas que existen en este campo". Sin embargo, "hemos visto mucho más claro cuál debe ser esta clave". Shevardnadze y Shultz se reunirán aún otra vez antes de la cuarta cumbre soviético-norteamericana, que se celebrará desde el 29 de mayo al 2 de junio. La fecha y el lugar de tal encuentro, para el que queda apenas un margen de cinco semanas, no han sido fijados.
"¿No le parece que perdemos el tiempo?", le preguntó Gorbachov a Shultz, cuando éste hizo su entrada en la sala Catalina del Kremlin, donde se celebró la entrevita. "No sé, veremos", respondió Shultz, según Tass. Mijail Gorbachov, que ha dejado bien clara su intención de presionar al máximo para que un acuerdo sobre armas estratégicas fuera posible en la cumbre, dijo ayer a Shultz: "¿Acaso la próxima visita del presidente ( ... ) después de una pausa de 15 años y después de tres encuentros ( ... ) va a reducirse- a la instrucción política, a las explicaciones a costa de las realidades existentes en las que es peligroso contar?". Reagan había dicho en un discurso pronunciado el jueves en Mássacliusetts (EE UU) que ternía que un posible retraso en la ratificación del tratado INF (misiles de alcance intenrinedio), firmado el pasado diciembre en Washington, pudiera estropear el clima de su próximo encuentro con Gorbachov.
El comunicado conjunto final de la visita de trabajo de Shultz señala que las conversaciones tuvieron un carácter "de trabajo" y "constructivo", y afirma que la cumbre debe ser "una importante etapa regular en el camino hacia unas relaciones mutuas más estables y fructíferas". Gorbachov y Reagan se han encontrado ya en tres ocasiones: en Ginebra, en 1985; en Reíkiavik, en 1986, y en Washington, en 1987.
La URSS y EE UU hicieron "progresos" en la preparación del tratado sobre armas estratégicas, y subrayaron su "firme compromiso para emprender esfuerzos intensivos" con el fin de completarlo junto con los documentos anexos a él (protocolo de inspecciones y memorandos de confianza entre ellos) "en el tiempo más corto posible". Las diferencias que subsisten en la redacción de estos textos hacen referencia al control de los misiles de crucero de largo alcance con base aérea, la limitación y control de los misiles de crucero con base marítima y dotados de cabezas nucleares, los diferentes subniveles y los cohetes intercontinentales móviles. Ambas partes acordaron examinar "de forma prioritaria" estas cuestiones.
Los jefes de las diplomacias soviética y norteamericana constataron también progresos en torno al tratado ABM, donde existen diferentes interpretaciones y donde la URSS ve la clave para cerrar el paso a la Iniciativa de Defensa Estratégica norteamericana (SDI), algunos de cuyos elementos Moscú se ha mostrado dispuesto a aceptar.
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