Reagan da por concluido el castigo contra lrán
"Las cosas se están tranquilizando en el golfo Pérsico, y esperemos que sigan así" aseguró ayer el presidente norteamericano, Ronald Reagan, dando por concluida, de momento, la mayor confrontación militar entre EE UU y el Irán del Imam Jomeini. Sin embargo se mantiene la tensión, y el presidente convocó, en los sótanos de la Casa Blanca, al Consejo de Seguridad Nacional para estudiar la situación y tener preparadas opciones militares por si es necesario responder a ataques iraníes contra intereses norteamericanos en cualquier parte del mundo.
Irán atacó ayer al Fal V, un petrolero de los Emiratos Árabes Unidos. Un barco del sultanato de Omán rescató a los 20 miembros de la tripulación, mientras un barco bombero intentaba sofocar el fuego declarado a bordo.Fuentes militares, informaron que, por primera vez, Irán disparó el lunes cinco misiles de fabricación china Silkworm contra tres buques de guerra estadounidenses. Pero esta vez, a diferencia de lo ocurrido el año pasado cuando una fragata de Estados Unidos fue alcanzada por un misil iraní, los navíos del gran Satán dispararon miles de fragmentos metálicos que engañaron a los cohetes de Jomeini, que se estrellaron en el agua. Hace un año, Washington sopesó la posibilidad de destruir las baterías de misiles Silkworm instaladas por Irán en la boca del estrecho de Ormuz.
Nueve barcos norteamericanos continuaban buscando ayer al helicóptero artiHado de ataque Cobra desaparecido, con sus dos tripulantes, en la batalla aeronaval del lunes.
El helicóptero no regresó a su base en el crucero portamisiles Wainwright y, al parecer, fue abatido por los iraníes. Un buque de guerra francés encontró tres nuevas nÚnas iranies ayer frente a la costa de los Emiratos Árabes Unidos.
Las razones de la Casa Blanca
Reagan ordenó el ataque contra, las plataformas petrolíferas iraníes convencido de que, si no actuaba militarmente, Irán aumentaría las agresiones contra el tráfico marítimo en aguas internacionales y proseguiría con el minado del golfo Pérsico, afirmaron ayer fuentes de la Admínistración.
Los campos petrolíferos ata,cados y seriamente dañados producían unos 150.000 barriles de petróleo al día y su inutilización temporal supone un serio golpe a la economía iraní, dependiente de sus exportaciones de crudo.
Pero el minado del Golfo y la colisión, el pasado jueves, de la fragata norteamericana Samuel B. Roberts con una mina iraní no hubieran sido por sí solos suficientes para provocar la acción militar de Washington. La convicción de que el secuestro del jumbo kuwaití está movido por extremistas dependientes del régimen de Jomeini ha sido un factor importante, a pesar de que no hay ciudadanos norteamericanos a bordo, para el toque de advertencia propinado a Irán, según medios oficiales.
Líderes republicanos del Congreso felicitaron ayer a la Marina por su comportamiento en la batalla del Golfo. La invocación de la Ley de Poderes de Guerra, que obliga al presidente a comunicar al Congreso cuándo tropas están en situación de combate y le fuerza a declarar formabnente el estado de guerra o a sacarlas en un plazo,de 60 días, no ha provocado esta vez una polémica entre el Ejecutivo y el Legislativo. El Congreso se siente suficientemente informado de los pasos que ha dado el presidente.
La opinión pública es favorable a esta acción limitada, aunque hay voces que advierten que puede desencadenarse, debido al fanatismo iraní, una escalada peligrosa para Estados Unidos. Dos aspirantes demócratas a la presidencia, Michael Dukakis y Albert Gore, han apoyado el ataque en el golfo Pérsico, que ha sido denunciado por el candidato de raza negra Jesse Jackson.
Expertos en la región interpretan la inesperada reacción iraní al ataque contra las plataformas petrolíferas como un gesto político, contraíío a la lógica militar, aprobado por los sectores más radicales del régimen islámico. Se trataría de desviar la atención, con un Jorneini enfermo y cuando diferentes grupos luchan por su sucesión, de los ataques con misiles iraquíes a ciudades iraníes y de una guerra con Irak que no le va bien a Teherán.
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